El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó ante la Asamblea General de la ONU que es hora de que la comunidad internacional se una para «conseguir la paz» en Oriente Medio.
«Vamos a apoyar a los líderes palestinos e israelíes que están dispuestos a recorrer el difícil camino hacia la paz», señaló el líder norteamericano, y aseguró que «la solución de dos Estados «es el único camino real hacia la paz».
Obama destacó «que los palestinos no deben ser desplazados y el Estado de Israel está aquí para quedarse».
«Todos debemos reconocer que si se logra la paz entre israelíes y palestinos ello será una herramienta poderosa para derrotar a los extremistas en toda la región e impulsar a quienes están preparados para construir un futuro mejor», sostuvo el mandatario.
En su discurso enfocado casi totalmente a la situación en Oriente Medio, Obama advirtió que «Estados Unidos está preparado para emplear todos los elementos de su poder, incluido el uso de la fuerza militar, para asegurar nuestros intereses claves en la región».
«Enfrentaremos las agresiones externas contra nuestros aliados y socios, así como lo hicimos en la Guerra del Golfo», agregó.
«Estados Unidos no puede renunciar al papel de policía del mundo porque eso crearía un vacío de poder que ningún otro país está listo para llenar», explicó. Y si bien es la crisis siria la que lo convenció de ello, el beneficiario inmediato de su renovado interés en liderar es Irán, al que tendió la mano tras recordar que «Estados Unidos e Irán están aislados el uno del otro desde la revolución islámica de 1979».
«La desconfianza entre ambos tiene raíces profundas», admitió. «Los iraníes se quejan hace mucho de la historia de interferencia de Estados Unidos en sus asuntos y en tumbar al Gobierno iraní durante la Guerra Fría. Mientras que los estadounidenses ven que el Gobierno iraní declaró enemigo a Estados Unidos y, directamente o a través de otros, toma rehenes estadounidenses, mata a militares y civiles estadounidenses y amenaza a nuestro aliado israelí con destruirlo».
Decidido a probar la buena fe de sus palabras, Obama afirmó que dio instrucciones a su secretario de Estado, John Kerry «para que explore los esfuerzos de cooperación con el Gobierno iraní en colaboración cercana con la Unión Europea, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China».
El primer encuentro entre los ministros de Exteriores de ambos países se producirá mañana y supondrá de por sí un acercamiento histórico.
«No creo que esta difícil historia pueda superarse de la noche a la mañana», advirtió Obama. «Las sospechas son demasiado profundas, pero creo que si podemos resolver la cuestión del programa nuclear de Irán, eso puede ser un paso mayor en el largo camino hacia unas relaciones distintas, basadas en interés y respeto mutuo», señaló.
Obama también recordó que terminó con dos guerras - Irak y Afganistán - y dijo estar «trabajando diligentemente» para cerrar Guantánamo, pero aunque su preferencia siempre sea una solución diplomática del tipo de la que acordó con Rusia sobre el desarme químico de Siria, advirtió que si ésta no funciona, está listo para actuar por su cuenta.
Sobre este asunto, Obama exigió «una resolución sólida del Consejo de Seguridad para verificar que el régimen de Bashar al-Assad respeta sus compromisos. «Si no podemos no ponernos de acuerdo en esto, será una prueba que la ONU es incapaz de garantizar el cumplimiento de las leyes internacionales más básicas», advirtió.
Asimismo, el presidente de Estados Unidos criticó a los que dudan de la responsabilidad de Damasco en los ataques con armas químicas del 21 de agosto, que según Washington causaron unas 1.400 muertes y estuvo a punto de llevar a una intervención de su país.
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