El nuevo líder del Partido Laborista israelí, principal fuerza de la oposición, Itzjak Herzog, se entrevistó en Ramallah con el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás.
La reunión tuvo lugar apenas diez días después de que Herzog fue designado para ese cargo en elecciones primarias, en sustitución de la anterior dirigente, Shelly Yachimovich, cuya agenda estaba más centrada en desigualdades sociales y cuestiones económicas que en el proceso de paz entre israelíes y palestinos.
Abbás informó a Herzog del estado actual de las negociaciones emprendidas a finales de julio con el patrocinio de Estados Unidos y subrayó el compromiso palestino con el diálogo en su actual marco de nueve meses, al objeto de que se establezca un Estado palestino en las fronteras previas a la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967.
Por su parte, Herzog prometió ofrecer al Ejecutivo israelí una red de seguridad política en caso de que se alcance un acuerdo y no descartó la posibilidad de que su formación se sume al Gobierno en caso de que los miembros ultranacionalistas lo abandonaran en esas circunstancias.
Herzog dijo a los reporteros que sintió que Abbás tiene «una verdadera intención» de poner fin al conflicto y agregó que transmitirá esta impresión al primer ministro hebreo, Binyamín Netanyahu, cuando se reúnan.
«Espero que Netanyahu tenga la misma intención. Trataremos de presionar a su Gobierno para asumir posturas valientes que logren la paz y la seguridad para nuestros niños», señaló.
Además, Herzog expresó la oposición de su partido a la construcción y expansión de los asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén Oriental, donde los palestinos buscan declarar su futuro Estado junto con la Franja de Gaza.
El encuentro en la sede de la AP en Cisjordania supone un cambio de rumbo respecto a las prioridades del Partido Laborista de los últimos años, a pesar de que Herzog se entrevistó en varias ocasiones con Abbás e integró delegaciones de políticos israelíes que se desplazaron a Ramallah para reunirse con dirigentes palestinos.
Hace dos décadas, el laborismo, con Itzjak Rabín y Shimón Peres a la cabeza, lideró las negociaciones que llevaron a firmar los Acuerdos de Oslo con la OLP y protagonizó en 2000 el intento más serio de alcanzar un pacto definitivo hasta ese momento que, no obstante, resultó infructuoso.
Desde entonces y especialmente tras el estallido de la segunda Intifada (2000-2005), la formación fue perdiendo su fuerza e influencia y formó parte de diferentes coaliciones de gobierno o se mantuvo en la oposición, como en la actual legislatura, con sólo 15 diputados en el Parlamento de un total de 120.
El proceso negociador iniciado hace cinco meses no dio señales de progresos hasta la fecha, pese a que se celebró cerca de una veintena de encuentros en Jerusalén o Jericó, algunos con la supervisión de mediadores estadounidenses.
Los anuncios del Gobierno de Netanyahu, de construir miles de viviendas en asentamientos judíos en Cisjordania así como en barrios de Jerusalén Oriental, llevaron a los negociadores palestinos a dimitir de su cargo y a expresar su escepticismo sobre el proceso ante lo que consideran una falta de buena fe y compromiso por parte de Israel.
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