El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, instó a Rusia y Estados Unidos a colaborar para reanudar las tratativas de paz sobre Siria, tres años después del comienzo del conflicto y con la violencia en «niveles inconcebibles».
Representantes del régimen y de la oposición mantuvieron dos rondas de negociaciones en Ginebra que concluyeron sin avances para lograr una salida política a la guerra.
En esos contactos, impulsados por Moscú y Washington y mediados por la ONU, las dos partes tan sólo lograron acuerdos puntuales en el terreno humanitario.
Ban Ki Moon advirtió que Siria es, a nivel mundial, «la mayor crisis humanitaria, de paz y de seguridad».
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos calcula que más de 136.000 personas murieron - entre ellas más de 10.000 niños - desde que comenzaron las revueltas contra el régimen de Bashar al-Assad en marzo de 2011.
Tres años después, «se perdieron o destruyeron cientos de miles de vidas y cientos de personas siguen muriendo cada dí». El secretario de la ONU alertó de que hay «ciudades enteras reducidas a escombros» y los países vecinos a Siria sufren «una presión humanitaria, política y de seguridad insoportable».
Ban Ki Moon lamentó la «incapacidad» de la comunidad internacional y de los «propios sirios» para poner fin a esta masacre.
«La comunidad internacional no puede permitirse mirar hacia otro lado», afirmó en una declaración en la que advirtió también de la «ideología radical que comienza a cundir en algunas zonas y de las amenazas bajo las que viven algunas comunidades».
Ban se dirigió a todos los países pero, «en particular», a Rusia y Estados Unidos. El secretario aspira a que «den pasos claros para tratar de revitalizar el proceso de Ginebra», donde en junio de 2012 se pactó una «Hoja de rutas» para crear un Gobierno de transición en Siria y convocar a elecciones.
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