Cientos de judíos franceses se interesaron en la posibilidad de emigrar a Israel en un evento que la Agencia Judía inauguró en París.
El acto se celebró antes de los atentados y bajo estrictas medidas de seguridad en el centro de París, informó en un comunicado la Agencia Judía.
«La Agencia abraza a la comunidad judía francesa en este difícil momento y le extiende su pleno apoyo mediante medidas de seguridad por toda Francia», dijo el presidente de ese organismo, Natán Sharansky, que se desplazó a París acompañando al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu.
Cuatro judíos fueron asesinados en el atentado contra una tienda de alimentos kosher el pasado viernes y un quinto en el perpetrado contra el semanario satírico «Charlie Hebdo» dos días antes y en el que murieron un total de doce personas.
Netanyahu declaró que aprecia la «posición muy firme» del presidente francés, François Hollande, contra el «nuevo antisemitismo y el terrorismo».
En un discurso pronunciado en la gran sinagoga de la Victoria en París, después de haber participado junto con medio centenar de mandatarios del mundo en la marcha de repudio a los atentados, el mandatario hebreo recalcó que «nuestro enemigo común es el islam radical y no el islam normal».
El primer ministro israelí pronunció esas palabras tras manifestar su agradecimiento a Lassana Bathily, un empleado musulmán del supermercado kósher en el que tuvo lugar el asesinato de los rehenes el viernes. El joven, de origen malí, salvó a varios clientes de esa tienda del este de París, donde resultaron muertas sin embargo cuatro rehenes judíos.
Dirigiéndose a los asistentes, les dijo que «tienen el derecho de vivir en seguridad donde elijan, en particular en Francia», si bien enseguida reiteró que todos los judíos y judías que deseen emigrar a Israel serían acogidos «con los brazos abiertos».
La Agencia Judía aseguró en ese sentido que incrementará sus esfuerzos para asistir a cualquiera que quiera emigrar a Israel y que ayudará en el posterior proceso de integración en la sociedad israelí.
Según los datos de ese organismo, unos 7.000 judíos franceses se establecieron en Israel en 2014, más que los de cualquier otro país y el doble que el año que le precedió. En 2012 fueron sólo unos 1.900.
La emigración de miembros de esta comunidad se intensificó a partir de principios de 2012, cuando cuatro judíos murieron en un atentado a una escuela de la ciudad de Toulouse, en el sur de Francia, y se incrementaron los ataques de carácter antisemita en todo el territorio francés.
«Mejorar la seguridad de los judíos en Francia pasa por su emigración a Israel», dijo desde París el ministro de Exteriores Avigdor Liberman.
Con unos 600.000 miembros, la de Francia es la comunidad judía más numerosa de toda Europa y la tercera del mundo, detrás de las de Israel y Estados Unidos e Israel.
La Agencia Judía prevé que el número de emigrantes crezca hasta los 10.000 en 2015 e intensificó sus programas y planes para esta comunidad.
Por su parte, el secretario del movimiento kibutziano de Israel, Eitán Broshi, declaró a la radio pública que su organización se prepara para recibir de forma inmediata a un centenar de judíos franceses y a más en el futuro.
Los atentados de esta semana cayeron como un balde de agua fría en la comunidad de emigrantes franceses de Israel, que se concentran sobre todo en las ciudades de Jerusalén, Natania y Ashdod.
En la primera de ellas se celebró este domingo un acto de solidaridad con Francia encabezado por el alcalde de la ciudad, Nir Barkat, en la que los participantes portaban carteles con el eslogan de «Israel es Charlie».
La matanza en el supermercado kósher de París reforzó el sentimiento en Israel de que Francia se está convirtiendo en una tierra hostil e incapaz de proteger a los judíos.
Expertos y analistas consideran que el asesinato de cinco judíos en París podría aumentar aún más la emigración de judíos franceses hacia Israel, cuyo número no para de crecer desde el caso de Toulouse.
«Los francoisraelíes están conmocionados. Esta es la gota que colma el vaso», afirmó Avi Zana, director de AMI, una organización de ayuda a la integración de los judíos franceses en Israel.
«Van a presionar a sus familiares para que se reúnan con ellos. Podemos prever que el número de judíos dispuesto a abandonar Francia va a aumentar», aseguró.
Varios comentaristas denunciaron, además, la falta de movilización tras la toma de rehenes el viernes en el supermercado judío, algo que según ellos apunta a una cierta indiferencia de la población francesa respecto a la comunidad judía. Algunos calificaron los ataques de «fracaso colossal» de los servicios de inteligencia franceses.
«En la noche del miércoles, Francia entera declaró 'Je suis Charlie' ('Yo soy Charlie'). En la noche del viernes, no hubo una oleada de declaraciones comparable que dijera 'Je suis juif' ('Yo soy judío'). Esa diferencia resulta difícil de explicar», escribió Sefy Hendler en «Haaretz».
«Los franceses no están acostumbrados al terrorismo como lo estamos aquí, en Israel», subrayó Asher Zagoury (51), un educador de Jerusalén. «Pero, tras lo que pasó, espero que empiecen a tomarse en serio la amenaza islamista».
Alex Fishman, corresponsal militar de «Yediot Aharonot», opinó que «incluso este fracaso y sus 17 víctimas no cambiarán la mentalidad de los servicios de inteligencia franceses. Mientras eso no cambie, el Estado de Israel tiene un problema porque los israelíes y los judíos son el blanco anunciado del terrorismo islámico extremista», señaló.
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