La figura de Adolf Hitler genera conflictos en India. Tras abrirse tiendas con su nombre, unos helados con su imagen vuelven a desatar polémica.
Fotografías de un sonriente vendedor posando junto a cajas de «Hitler» en un puesto de helados indio circulan estos días por Internet y medios sobre todo internacionales, si bien el dueño de la compañía asegura que dejó de distribuirlos hace dos años.
El negociante, Neeraj Mittal, explicó que sólo vendió esos conos durante unos meses y el verano siguiente pasó a utilizar a otro personaje conocido como reclamo para sus clientes, concentrados en áreas rurales del norteño estado de Uttar Pradesh.
«Hitler es una figura famosa, por eso escogí ese nombre», manifestó el comerciante de 47 años, cuyo único conocimiento sobre el dirigente nazi es que fue «un gobernador de Alemania». Mittal no es, sin embargo, el primero en utilizar tal reclamo publicitario.
En 2012, los dueños de una tienda de ropa en la occidental Ahmedabad decidieron cambiar el nombre a su empresa «Hitler» tras recibir quejas por parte de la comunidad judía y unos años antes ocurrió otro tanto con un restaurante llamado de la misma forma en Bombay.
El encargado de prensa de la Embajada de Israel en Nueva Delhi, Ohad Horsandi, recordó varios casos de ese tipo y dijo creer que responden a «una falta de conocimiento sobre Hitler y lo que representa», para remarcar que en el gigante asiático «no hay antisemitismo».
«La distancia con Alemania hace que la población tenga muchos menos conocimientos sobre el Holocausto que la de América Latina o Europa», añadió Horsandi, que lamentó la poca repercusión del caso en los medios.
Tan poco resonó en la India que la socióloga V. Sujatha, de la Universidad Jawaharlal Nehru (JNU), ni siquiera se enteró de la polémica de los helados y se mostró sorprendida al conocer la noticia.
En su opinión, algunos vendedores utilizan «nombres raros para sus productos en un intento de ganar clientes causando revuelo».
Sujatha aseguró que desde la Segunda Guerra Mundial el líder nazi «es una figura bastante conocida en los círculos cultos del país, en los que fue centro de muchos debates».
India publicó, efectivamente, un gran número de copias de la obra autobiográfica del dictador «Mein Kampf», ampliamente disponible en sus librerías, traducido a varias de sus lenguas regionales y publicado por más de una docena de editoriales en su versión en inglés.
Jaico fue la primera en hacerlo en 1988 y en los siete años siguientes vendió más de 100.000 libros, un número similar al alcanzado por el resto de editoriales y muy por encima de las 10.000 con las que una obra es considerada best seller en la India.
«Al menos algunos de los lectores indios abordaron 'Mein Kampf' con un espíritu de afinidad ideológica porque seduce a sus propias inclinaciones fascistas», indicó la revista académica Semanario Económico y Político (EPW) en un artículo publicado en 2012.
Grupos hindúes de ultraderecha ganaron a partir de los años '90 mucho peso en el panorama político indio, coincidiendo con el auge del libro de Hitler, de acuerdo con el artículo.
En esa época se popularizó el fundador del partido nacionalista hindú de extrema derecha Shiv Sena, Bal Thackeray, conocido en todo el país por declararse admirador del dictador, a quien, según decía, amaba y consideraba un «milagro».
Como a Thackeray, «a algunos indios les gusta porque es un gran líder de los alemanes», aunque no es el caso de la mayoría, indicó el sociólogo Rabindra Ray, de la Universidad de Delhi (DU).
«Alguna gente lo odia, a alguna le gusta», sentenció el experto.
Pero también hay quien se queda a medio camino.
La película india «Querido amigo Hitler», estrenada en 2011 y basada en dos cartas que Mahatma Gandhi escribió al dictador nazi, recibió críticas demoledoras por su visión ingenua sobre el líder alemán.
Padre de la independencia india y adalid de la lucha pacifista, Gandhi trató de disuadir a Hitler de sus planes belicistas con dos cartas en las que le pedía que desistiera de tales planes.
Según Joseph Leyveld en la biografía sobre Gandhi «El gran alma», ya para entonces Hitler le dijo a un ministro británico lo que pensaba del líder indio: «Todo lo que ustedes deben hacer es matar a Gandhi».
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