El presidente israelí, Shimón Peres, concedió a Barack Obama la Medalla de la Distinción, el mayor honor que concede el Estado judío y que se otorgó por primera vez a un presidente norteamericano.
«Es un privilegio entregarle el mayor honor de nuestro país. Esta condecoración habla de su incansable trabajo para hacer fuerte a Israel», afirmó Peres en la ceremonia de entrega, que siguió a una cena de Estado en la que también participaron el primer ministro, Binyamín Netanyahu, miembros del Parlamento, el Gobierno, la Corte Suprema, el Ejército, y otros representantes del país.
«La presidencia de Obama dio una nueva dimensión a los lazos entre Israel y Estados Unidos», señaló Peres, que apuntó que el pueblo israelí está «particularmente emocionado» por la contribución de Washington a la seguridad de su país y «por el maravilloso mensaje de paz que trasmitió en su visionario discurso» ante jóvenes estudiantes en el Centro de Convenciones de Jerusalén.
«En más de una ocasión, cuando estábamos solos, se mantuvo siempre a nuestro lado. Nunca nos abandonó y nunca olvidaremos eso», declaró el mandatario hebreo refiriéndose principalmente al accionar de Estados Unidos en la ONU y otros foros internacionales donde Obama impidió cualquier intento de condena a Israel, principalmente en el marco del Cosejo de Seguridad, a veces incluso discordando con la posición israelí.
Obama, por su parte, agradeció el gesto a Peres, de noventa años de edad, y humorísticamente mencionó que «líderes como Ben Gurión, Golda Meir, Begin y Rabín ya no están con nosotros y usted es el último representante de una generación de visionarios que luchó por el fortalecimiento de Israel. Pero lo que más me interesa saber es quién es el médico que lo trata», al tiempo que en hebreo le dio la clásica bendición de longevidad: «Ad Meah ve Esrim» (Hasta 120).
En un clima distendido, el presidente estadunidense bromeó también sobre la calidad del vino israelí con el que se brindó y se mostró realmente conmovido por el honor que se le otorgaba.
Antes de la cena de gala, Obama se reunió en la pesidencia presidencial con la líder de la posición israelí, la laborista Shelly Yachimovich, con la que trató sobre el proceso de paz con los palestinos y el programa nuclear iraní.
Yachimovich le garantizó al presidente que brindará todo su apoyo al Gobierno en caso de que éste consiga llegar a un acuerdo parcial o definitivo con los palestinos, cosa que Obama valoró y agradeció.
Hoy, el mandatario estadounidense acudirá al Monte Herzl para colocar una ofrenda floral en las tumbas de Theodor Herzl, fundador del sionismo moderno, y de Itzjak Rabín, Premio Nobel de la Paz y primer ministro asesinado en 1995.
Inmediatamente después visitará el Memorial del Holocausto, Yad Vashem.
Luego mantendrá su última reunión de trabajo con Netanyahu y, posteriormente, viajará a la ciudad cisjordana de Belén, donde visitará la Basílica de la Natividad, tras lo que pondrá fin a su visita.
Notas relacionadas:
Obama a Israel: «No están solos»
Obama garantiza apoyo firme a Israel
Obama en hebreo: «¡Qué bueno estar de nuevo en Israel!»