El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Consorcio de Turismo, desarrolló un nuevo producto turístico denominado «La Sevilla de los Levíes: Las Raíces de Sefarad», que pretende aprovechar toda la riqueza patrimonial y cultural existente en la capital andaluza en ese sentido, ya que cuenta con una de las juderías más antiguas del mundo y la pionera en España, donde llegó a superar el millar de judíos en el siglo XIV.
Según informó el Consorcio de Turismo, con el proyecto de la ruta sefardí se pretende potenciar una corriente de turismo cultural de calidad basado en este legado en Sevilla para atraer a la población judía mundial, que en la actualidad oscila entre los 12 y los 15 millones, la mayoría de ellos residentes en Estados Unidos e Israel. Además, se pretende vincular a la capital andaluza con el resto del mundo como «destino clave del reencuentro con las raíces judías», promoviendo «la Sevilla de las tres culturas, referente de tolerancia y progreso, de convivencia e intercambio, punto de encuentro entre pueblos del Mediterráneo».
También, se impulsará un recorrido por los puntos significativos de la Judería de Sevilla, que comprendía los actuales barrios de Santa Cruz, Santa María la Blanca y San Bartolomé, así como los hitos más destacados de su historia, gastronomía, música, patrimonio y antropología, lo que conforma una atractiva propuesta que persigue el objetivo de atraer al turismo judío y promover el conocimiento de la vida de dicha comunidad en la Sevilla del siglo XIV, cuando alcanzó su máximo apogeo bajo el reinado de Pedro I, así como el legado de la vida de los sefardíes.
En este marco, cabe recordar que el Ayuntamiento aprobó recientemente su adhesión a la Red de Juderías de España «Caminos de Sefarad», una fundación pública creada en 1995 que tiene como objetivo la defensa del patrimonio arquitectónico, histórico y cultural del legado judío sefardí en España, desarrollando proyectos culturales y turísticos, intercambiando experiencias nacionales e internacionales y planificando políticas culturales acordes. Esta red es miembro fundacional de la Asociación Europea para la Preservación y Promoción del Patrimonio Judío (AEPJ).
A esta asociación, a la que unió recientemente Sevilla, ya pertenecen una veintena de ciudades en España como Barcelona, Ávila, Segovia, Toledo, Córdoba, Jaén, León, Besalú, Cáceres, Calahorra, Estella-Lizarra, Girona, Hervás, Monforte de Lemos, Oviedo, Palma, Plasencia, Ribadavia, Tarazona, Tortosa y Tudela.
Estas ciudades plantean un ambicioso proyecto fundamentado en la excelencia de los servicios y productos turísticos que ofrecen las juderías integradas en la red, basándose en el desarrollo de restaurantes con posibilidad de ofrecer comida y ambientación de estilo sefardí, de alojamientos con encanto en las juderías, señalización complementaria o elemento común en la señalización de los barrios judíos y la puesta en marcha de guías de turismo con formación específica en esta cultura. También se apuesta por contar con una variada oferta cultural relacionada con la cultura judía, con rutas, visitas guiadas o actividades participativas en la calle, entre otras.
Según la documentación aportada desde el Consorcio de Turismo, se indica que los judíos debieron de sentirse atraídos por la «gran ciudad» que dio su nombre a toda Hispania, contando con una influencia considerable en la época de los visigodos. Además, recuerda que Sevilla era la ciudad más poblada de España, «la capital intelectual del reino, el centro del catolicismo, la inspiradora de los concilios de Toledo y la capital política desde Teudis hasta Atanagildo».
En base a todo esto, desde el Consorcio se desarrolla el producto «La Sevilla de los Levíes: Las Raíces de Sefarad», indicando que los sefardíes son los descendientes de los judíos que fueron expulsados de España en 1492, y que, como tales, conservan una identidad propia dentro del judaísmo.
Por último, cabe recordar que Sevilla albergó una gran colonia judía que ya estaba firmemente asentada en tiempos visigóticos. Así, tuvo momentos de especial esplendor cuando, destruido el Califato, muchas familias destacadas de Córdoba la eligieron como refugio y nuevo habitáculo en los inicios del siglo XI.
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