Como se puede ver en la foto, un judío, aparentemente ultraortodoxo, se encuentra encerrado dentro de una gran bolsa de plástico dentro de un avión en pleno vuelo.
Esta foto dio la vuelta al mundo, preguntándose los lectores de la noticia qué haría ese hombre metido en tal singular «prisión».
La respuesta es quen se trata de un judío observante de apellido Cohen o de uno de sus derivados: Katz, Kahana, Kogan, entre muchos otros, descendiente de la casta sacerdotal hebrea que durante la existencia del Templo de Jerusalén tenía bajo su cargo tareas específicas para los ofertorios cotidianos y de las festividades de sacrificio.
Los Kohanim (plural de Cohen, en hebreo) tienen un papel personal reservado dentro del judaísmo, y existen leyes específicas para ellos, sobre todo en el judaísmo ortodoxo y conservador.
Una de estas normas es no tener contacto con cadáveres, salvo de familiares directos.
Esta prohibición es extensiva a los cementerios y un Cohen no puede pisar o pasar por encima de un cementerio.
Según las enseñanzas ortodoxas, la impureza de los cementerios es proyectada hacia el cielo.
Es por ello que una interpretación estricta de esa creencia lleva a algunos judíos ultraortodoxos a encerrarse en bolsas de plástico para evitar la impureza de los cementerios que el avión posiblemente vaya a sobrevolar.
Algunas aerolíneas israelíes prohibieron está práctica, ya que al ser muchos pasajeros los que utilizan estas bolsas, sobre todo en los vuelos que llegan o salen del aeropuerto Ben Gurión, cercano a Tel Aviv, que está rodeado por cuatro cementerios, pueden provocar fallos en los sistemas de seguridad y vuelo.
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