El Papa Francisco realizó ayer miércoles una sorpresiva llamada a la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) para saludar por el Año Nuevo Judío, tal como lo hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina.
Cuando se le informó al Sumo Pontífice acerca de la oportunidad de su comunicación telefónica, ya que se llevó a cabo en medio del tradicional brindis que realiza la entidad con motivo de Rosh Hashaná, el Papa recomendó: «No coman tanto y vayan al templo».
Su frase generó un agradecido y generalizado aplauso y las risas de los presentes: un centenar de personas entre dirigentes comunitarios, funcionarios y afiliados de la institución.
«No se olviden de rezar por mí», les pidió el Papa después de desearles todo lo mejor para el nuevo año 5774.
La sorpresiva llamada, hecha personalmente por el pontífice a la DAIA, se suma a una larga serie que Jorge Bergoglio viene realizando desde que su elección como Papa lo alejó de Argentina: desde el kiosquero que le vendía los diarios - para cancelar el abono - hasta el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, tras la trágica inundación de la ciudad de La Plata, pasando por amigos y conocidos o simplemente fieles que le escriben.
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