Nunca antes en la historia de las relaciones judeocristianas un papa había tenido charlas, desayunos, almuerzos y cenas con un rabino, incluso en días festivos para el judaísmo como el shabat, en los que el Pontífice comparte el rito de la bendición de los alimentos y supervisa si la comida de su invitado es kosher. Ahora, todo eso ocurre con el Papa Francisco.
«Y esto hay que contarlo porque nuestra amistad es una señal de que se puede avanzar en el diálogo interreligioso», afirmó el rabino argentino Abraham Skorka (63), amigo del ex arzobispo de Buenos Aires y protagonista en estos días de una situación sin precedentes entre un papa y un rabino en el Vaticano.
El rabino Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano y autor junto con el ex cardenal primado de Buenos Aires del libro «Sobre el cielo y la tierra», viajó a Roma invitado por la Comunidad de San Egidio para participar de un encuentro internacional por la paz.
Skorka se hospeda en la residencia de Santa Marta, el nuevo hogar del Papa Francisco.
«Aparte de la amistad, ahora tenemos un desafío espiritual: en qué medida podemos dar un mensaje de paz, en qué medida lo nuestro puede hacer esa marca en la historia que queremos hacer», afirmó Skorka.
En concreto, el Sumo Pontífice y el rabino Skorka planean viajar juntos a Tierra Santa el año próximo. El Papa Francisco fue invitado por el presidente israelí, Shimón Peres, durante la visita de éste al Vaticano, y por el líder de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás.
«Estamos soñando con el Papa ir juntos a Israel pronto, se está trabajando en el tema y yo lo acompañaría también a Belén, en la Autoridad Palestina. Su presencia ayudaría mucho, ya que en este momento se reanudaron las negociaciones de paz», señaló el rabino.
«Sueño con un abrazo con él delante del Kotel, el Muro de los Lamentos, y con ir juntos a Belén, donde nació Jesús. No dejaré de ser judío por ello y él va a seguir manteniendo su fe. Las dos espiritualidades tienen que tener un punto de encuentro. No podemos vivir en un mundo donde uno aborrezca el otro; hay que tender puentes», agregó.
«Tenemos tradiciones distintas, pero estamos creando un diálogo que no existió por siglos entre católicos y judíos. Ambos creemos que Dios de alguna forma tiene que ver con nuestra amistad y con lo que hacemos. Hay demasiadas coincidencias para creer que todo fue casual», añadió Skorka.
Aunque ya visitó la Santa Sede en junio pasado, el rabino Skorka aseguró que las relaciones con el Papa Francisco no cambiaron. «Pese a que él la máxima autoridad de la iglesia, su relación conmigo es la misma. Su humildad creció más aún».
«Para mí son días festivos, tengo que hacer ciertas bendiciones a la hora de las comidas y él me acompaña. Además, me supervisa la comida, controlando que sea kosher», destacó.
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