Varios museos holandeses identificaron 139 piezas de arte que fueron arrebatadas a sus dueños judíos. Entre dichas obras figuran las de maestros como Matisse, Kandinsky, Lissitzky, Hans Memling, Jan van Goyen o los miembros de la Escuela de La Haya Isaac Israëls y Hendrik Breitner.
Una revisión de obras de arte holandesas desde 1993 por parte de los museos se centró explícitamente en obras que tenían vacíos en los registros de propiedad durante los años en que el régimen de la Alemania nazi se apoderaba de obras de dueños judíos, a la fuerza u obligándolos a venderlas.
Incluidas en los fondos de 41 salas de arte - en conjunto participaron 162 -, el hallazgo fue posible tras cuatro años de investigaciones. Francia, Alemania y Estados Unidos devolvieron también cuadros en circunstancias similares.
La principal asociación de museos holandeses, en la primera medida de su tipo, también lanzó una página de internet para ayudar a explicar la existencia de obras de dudosa procedencia en sus colecciones y asistir a los herederos en sus reclamaciones.
Al menos 61 de las piezas tienen ya un posible dueño original. En el catálogo se podrán ver 69 cuadros, 24 dibujos, dos esculturas, 31 objetos de artesanía y 13 piezas religiosas arrebatadas a sus propietarios.
«Este trabajo refleja la naturaleza misma de la labor de un museo. Es decir, analizar nuestras colecciones y contarle al público nuestros hallazgos. Que pasó mucho tiempo desde 1933 no es excusa para no rastrear la procedencia de las obras», comentó Siebe Weide, director de la Asociación de Museos de Holanda.
Para poder recibir reclamaciones procedentes del extranjero, la página web está editada también en inglés. «Haber reunido esta información sobre la problemática procedencia de las colecciones de los museos hace justicia a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. A su vez, subraya la responsabilidad y transparencia con que tratamos nuestras colecciones públicas», afirmó Jet Bussemaker, ministra de Cultura holandesa.
Durante la ocupación nazi de Holanda (1940-1945), las familias judías que poseían obras de arte fueron robadas o bien forzadas a vender a bajo precio sus tesoros. Otras se vieron obligadas a hacerlo para poder pagarse la huida del país. Muchas de esas piezas fueron adquiridas, de buena fe, por los museos nacionales tras la contienda de mano de marchantes privados y casas de subastas.
La mayoría de las ahora catalogadas se encuentran en el Museo Rijksmuseum y el Stedelijk, ambos en Ámsterdam. También las hay en el Museo Municipal (Gemeentemuseum), de La Haya; Boymans van Beuningen, de Rotterdam; Kröller-Muller, en Otterlo, o Van Abbemuseum, en Eindhoven.
La Asociación Holandesa de Museos espera que los posibles dueños reconozcan las obras, ya sea porque guardan fotos de las casas de sus antepasados donde aparecen, o tal vez cartas.
Para efectuar la correspondiente demanda, los dueños pueden ponerse en contacto con la Comisión para la Restitución de obras robadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Notas relacionadas:
No hallan lugar de sepultura para criminal nazi Priebke
Israel: Yad Vashem reconoce a médico árabe que salvó judíos
Alemania: Juzgan a miembro de SS por asesinato