La Casa Blanca estima que existen cada vez más posibilidades de que Israel lance una ofensiva militar contra Irán, aseguraron fuentes norteamericanas al diario israelí «Haaretz». La información fue publicada el mismo día en el cual arribó a Jerusalén el asesor del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para asuntos de Seguridad, Tom Donilon, para abordar la crisis del programa nuclear iraní.

Donilon se reunirá con el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, en vistas a la visita que realizará Netanyahu a Washington el próximo mes y en la que se reunirá con Obama.

Un representante de la Administración norteamericana admitió que los mensajes procedentes de Israel en los últimos seis meses denotan una mayor probabilidad de que el Gobierno de Jerusalén decida atacar a Irán, en consonancia con anteriores informaciones publicadas hace unos meses que indicaban que, además, Israel está considerando la opción de una ofensiva unilateral.

Por su parte, una fuente del Gobierno israelí remarcó que equipos hebreos y estadounidense trabajarán de forma conjunta durante la visita de Donilon. La delegación de Israel será encabezada por el consejero de seguridad nacional, Yaakov Amidror, que estará acompañado por varios representantes de Defensa, Exteriores y de Asuntos Estratégicos, así como de Inteligencia.

Washington, en cambio, pretende que Israel retrase la hipotética ofensiva a fin de que surtan efecto las sanciones económicas impuestas a Teherán. Al respecto, el ministro de Defensa hebreo, Ehud Barak, urgió a Estados Unidos que las refuerce, a tenor de los grandes avances detectados en el programa nuclear iraní. Israel no cree que las sanciones propicien un viraje en el proyecto de Irán de fabricar armas atómicas.

«Cualquier medida que no detenga el programa nuclear de Irán es inadecuada», subrayó un representante del Gobierno de Israel.

Donilon, que permanecerá un día en Israel, llegó con una delegación compuesta por responsables de Departamento de Estado y de Defensa, y de la Casa Blanca que se reunirán con el jefe del Mossad, Tamir Pardo, y del Estado Mayor del Ejército, el teniente general Benny Gantz.

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