Uno de los momentos clave y dramáticos del Nuevo Testamento - el juicio que el gobernador romano Poncio Pilatos hizo a Jesús, declarándolo culpable y condenándolo a la crucifixion - cobró un significado especial, al haber hallado arqueólogos israelíes el sitio en el que estiman fue llevado a cabo el juicio.
Todo comenzó hace aproximadamente 15 años, cuando se proyectó la ampliación del Museo de la Torre de David, un lugar frecuentado por los turistas, donde se cuenta de forma original y atractiva la historia de Jerusalén.
Tal como en tantas otras ocasiones, las excavaciones de salvación llevadas a cabo en el lugar para garantizar que los trabajos no arruinen reliquias históricas condujeron a hallazgos que superaron en mucho las expectativas de los arqueólogos.
Al excavar en un edificio abandonado y muy antiguo, adyacente al museo - que había servido de prisión durante el imperio Otomano y el Mandato Británico que gobernaron Jerusalén, el primero entre 1517 y 1917 y el segundo desde dicha fecha hasta 1948, los arqueólogos se toparon con restos que poco después comprendieron podrían ser algo mucho más significativo: remanentes de un palacio antiquísimo del Rey Herodes, en el que estimaron podría haberse llevado a cabo nada más y nada menos que el juicio de Poncio Pilatos a Jesús antes de su crucifixión.
En los Evangelios, que detallan la vida y muerte de Jesús, se describe el lugar en el que Jesús fue llevado ante Poncio Pilatos como un «praetorium», palabra latina referente a la tienda de campaña de un general en un campamento romano.
En el marco de las distintas interpretaciones que dividen a los expertos de historia del Cristianismo acerca del significado concreto de dicha descripción, hay quienes estiman que el término se refería a barracas militares; otros creen más probable que el general en cuestión fue huésped del palacio de Herodes.
Dicha estructura, según estudios y excavaciones en la zona, se encontraba cerca de donde está el Museo de la Torre de David.
Hay arqueólogos, como el profesor Shimón Gibson, de la Universidad de Carolina del Norte - que formuló declaraciones sobre este tema a «The Washington Post» - casi convencidos de que el juicio a Jesús tiene que haberse llevado a cabo dentro del complejo que constituía el palacio de Herodes.
Gibson explicó que en la descripción que aparece en los Evangelios del lugar del juicio - en cuanto a su cercanía a un portón y a un camino pavimentado de piedras - van de la mano de restos arqueológicos hallados cerca de la prisión adyacente al museo.
«Claro está que no hay, por supuesto, ninguna inscripción que diga que esto ocurrió aquí», aclaró.
«Pero todo, los relatos arqueológicos, históricos y evangélicos, todo se combina y tiene sentido», agregó.
Fuente: El Universal.com.mx
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