El cantante estadounidense judío Matisyahu actuó finalmente en el festival Rototom Sunsplash de Benicàssim, en España, y lanzó un mensaje de paz frente a un grupo de personas que izaba en el público banderas palestinas y pancartas con mensajes antisionistas.
Nunca una actuación en el festival Rototom Sunsplash, en la localidad turística española de Benicàsim, suscitó tanta expectación en todo el mundo por motivos ajenos a lo musical.
Un grupo reducido de personas protestó durante la tarde y la noche en distintos puntos del recinto y finalmente se concentró frente al escenario principal, donde izó una docena de banderas palestinas entre las miles de personas que acudieron al concierto.
Este grupo recibió a Matisyahu con silbidos cuando subió al escenario, los cuales no cesaron durante toda su actuación.
El cantante pidió a los asistentes: «dejenmé oír sus silbidos».
El artista llegó a recibir el lanzamiento de una botella de agua y un zapato, que no le alcanzaron, pero hizo caso omiso y continuó con su actuación apoyado por la mayoría del público que cantaba los temas más conocidos de su repertorio.
Al final de la actuación Matisyahu cantó «Jerusalem», ampliamente celebrado y coreado, así como el último tema «One Day», cuya letra dice: «Estuve rezando por la gente para decir que no queremos luchar más, no habrá más guerras y nuestros niños jugarán».
Durante la canción Matisyahu agradeció al público por haber acudido a su concierto, se mostró «feliz» por llegar a tocar y proclamó «paz y paz para todo el mundo».
Ante las banderas palestinas ondeando, el artista dijo: «aquellos que no trajeron bandera y tienen su corazón como bandera: levanten sus manos».
La polémica de Matisyahu monopolizó la atención del Rototom Sunsplash, más allá de las 200 actuaciones que tuvieron lugar durante los 8 días de conciertos, y los debates y conferencias del Foro Social y la Reggae University, entre los que se registró un récord de público de 35.000 personas con la actuación de Major Lazer.
El pasado 15 de agosto, el festival decidió anular la actuación de Matisyahu después de la campaña de BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) a Israel del País Valencià y de pedir al artista que se pronunciara sobre el derecho del pueblo palestino a tener un Estado propio, así como sobre la violencia.
La falta de respuesta fue el detonante para que el Rototom decidiera cancelar su actuación y se desatara entonces una oleada de quejas a nivel nacional e internacional.
Numerosas entidades y organizaciones protestaron contra la cancelación, entre ellas el Gobierno de la Comunidad Valenciana, el de España y la Embajada de Israel.
El propio Matisyahu aseguró sentirse presionado por la organización para hacer una declaración política, que, explicaba, no se había pedido a ningún otro artista.
El festival reconoció entonces haberse equivocado, le pidió perdón y le invitó de nuevo a participar tal y como estaba previsto.
Al publicarse que Matisyahu estaría finalmente en el Rototom, el artista manifestó en su página de Facebook que se sintió «utilizado como un peón por conveniencia política y mi exclusión del Rototom Sunplash fue dolorosa, pero con mi vuelta al festival ganó la música y la libertad de expresión».
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