Arqueólogos israelíes encargados de excavaciones debajo de la muralla que da al Monte del Templo en la Ciudad Vieja de Jerusalén, descubrieron varias docenas de monedas de oro y plata, un medallón y unos pendientes en lo que llamaron el «Tesoro de Ophel», que data de la época bizantina, y que tiene unos 1.400 años de antiguedad.

El valor de los objetos se encuentra sobre todo en el medallón de diez centímetros que se descubrió junto a las monedas y que tiene símbolos judíos como la menorá - candelabro - ya que los arqueólogos opinan que se trata de un medallón decorativo para la Torá de la época de la conquista persa (614 d.C).

«El descubrimiento de una menorá dorada de siete brazos del siglo siete d.C, a los pies del Monre del Templo fue toda una sorpresa», comentó la arqueóloga de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Eilat Mazar, que dirige la excavación en la que se encontraron muchos más objetos de la época del Primer Templo (1000 a.C- 586 a.C).

Según los expertos, el medallón decorativo para la Torá se trata del más antiguo de este tipo encontrado hasta la fecha, aunque la importancia del tesoro «está sobre todo en que da fe de la presencia judía durante el breve periodo de dominación persa» agregó Mazar.

«Parece que la explicación más plausible sobre el origen del tesoro es que se trata de una ofrenda o una contribución para la construcción de una sinagoga, ya que está cerca del Monte del Templo. Pero lo que es seguro es que su misión, cualquier que fuese, no fue exitosa. El tesoro fue abandonado y sus dueños nunca pudieron regresar para recogerlo», añadió.

Las 36 monedas, junto con unos pendientes de oro y varios brazaletes de oro y plata y el medallón, fueron guardados en dos bolsas de tela, de las cuales una parece que fue enterrada cuidadosamente, mientras que la otra tiene trazas de haber sido desparramada, quizá durante las prisas de la huída.

Tras la conquista de los persas, muchos judíos regresaron a Jerusalén esperando que éstos les concedieran una cierta libertad política y religiosa, pero los persas decidieron formar una alianza con los cristianos y permitieron que éstos expulsaran a los judíos de la ciudad.

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