Israel cerró 2012 con un déficit público del 4,2% del PIB, algo más de doble del 2% previsto en los presupuestos generales, según datos difundidos por el ministerio de Finanzas.
El agujero alcanzó 11.730 millones de dólares frente a 5.420 millones de dólares del cálculo inicial.
El ministerio explicó la desviación en un aumento del gasto público y una reducción de la recaudación fiscal, que se quedó en 65.650 millones de dólares, 4.200 millones por debajo de lo previsto.
El primer ministro, Binyamín Netanyahu, trató de aminorar la importancia del sorpresivo dato: «Es más o menos lo esperado. El déficit no tendrá un efecto significativo en las vidas de los israelíes», señaló.
El Ejecutivo de Netanyahu, al que ya le resta poco tiempo ante las elecciones del día 22, subió un punto el IVA y otros impuestos el pasado mes de septiembre para tratar de reequilibrar el presupuesto.
El titular de Finanzas, Yuval Steinitz, aseguró que el Gobierno no subirá de nuevo el IVA, pero los analistas coinciden en que el Ejecutivo que salga de las urnas - que muy probablemente seguirá liderado por Netanyahu - subirá los impuestos y hará nuevos recortes para cubrir el agujero presupuestario.
«En Finanzas preparan las tijeras para el día siguiente de las elecciones», afirmó Matán Hodorov, analista económico del Canal 10 israelí.
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