En su primera comparecencia pública tras un acuerdo de cese de fuego permanente con Hamás, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, explicó que la operación «Margen Protector» fue un «éxito político y militar» porque significó «un duro golpe» para la organización terrorista.
«Desde el principio establecimos un claro objetivo y ese fue infligirle el mayor daño posible a Hamás y al resto de grupos terroristas en Gaza y llevar la calma a la población de Israel», señaló Netanyahu en una conferencia de prensa en Jerusalén acompañado por el ministro de Defensa, Moshé Yaalón, y el jefe del Estado Mayor, Benny Gantz.
«Es demasiado pronto para saber si Israel conseguió su objetivo de un periodo largo de seguridad, pero el golpe que Hamás sufrió y nuestra capacidad para prevenir su resurgimiento en el futuro incrementó la posibilidades de lograr esta meta», insistió el mandatario hebreo.
En su opinión, Hamás no sólo no obtuvo ninguna de sus demandas, sino que sufrió porque perdió más de 1.000 combatientes, decenas de ellos de alto rango, y vio reducido su arsenal de cohetes, sus centros operativos y la destrucción de su sistema de túneles ofensivos.
«Además, padeció una derrota política de la que el gran beneficiado es el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás», sentenció.
«Estaremos muy contentos de ver a las fuerzas de Abbás entrar en la franja. El presidente palestino elegió en qué lado ponerse y esperamos que continúe con su apoyo al acuerdo con Israel», afirmó Netanyahu acerca de un hombre del que hace sólo unos meses dijo que no era un socio para la paz.
El primer ministro anunció que Israel regresará a Gaza para ayudar a reparar lo que se destruyó. «Aceptamos ayudar a la reconstrucción del territorio por razones humanitarias, pero únicamente bajo nuestro control», dijo.
El líder israelí aseguró que la guerra también fue una victoria para la diplomacia, ya que, a su parecer, Israel se ganó «el apoyo y la legitimidad de la comunidad internacional, mientras que Hamás quedó aislado, incluso en el entorno árabe».
«Hubo un cambio regional en favor de los actores moderados que creó un nuevo horizonte para Israel. Hay unas nuevas opciones diplomáticas y definitivamente intentaremos avanzar a través de ellas de una manera mesurada, como hicimos hasta ahora», subrayó.
Netanyahu arremetió también contra las críticas que llegaron principalmente desde algunos de los ministros de su mismo Gobierno.
Ayer mismo, el jefe de la diplomacia israelí, Avigdor Liberman, volvió a criticar en su página de Facebook el alto el fuego y el hecho de que el primer ministro lo aprobara sin presentarlo antes al Gabinete de Seguridad.
«Yo dirijo este país y lo encabezo con responsabilidad junto a mis colegas y tengo en cuenta consideraciones globales. No me preocupa el populismo en Facebook, sino la seguridad de Israel», afirmó Netanyahu, en una clara alusión a Liberman.
A este respecto, el primer ministro también refutó las palabras de quienes consideran un fracaso la incursión terrestre, durante la que murieron 64 soldados israelíes y los cuerpos de dos ellos quedaron en poder de Hamás.
«Las tropas de tierra se retiraron después de destruir los túneles para salvar vidas y prevenir que Hamás pudiera capturar o matar más soldados», argumentó.
En la misma línea, Yaalón alabó el trabajo de las Fueras de Defensa de Israel (FDI) y el esfuerzo de las comunidades del sur del país, las mas afectadas por la guerra, antes de afirmar que cuando el polvo de la guerra repose «Hamás se dará cuenta del daño que sufrió y del hecho de que no consiguió nada».
Notas relacionadas:
Israel: Sólo 38% apoya política de Netanyahu en Gaza