Rusia cuenta con que Israel detenga la construcción de asentamientos en Cisjordania y el proceso de resolución de conflictos sea mediante negociaciones, declaró el presidente ruso Vladímir Putin.
«Y en lo que respecta a los asentamientos, nuestra postura coincide con el resto de los miembros de la comunidad internacional: creemos que es un error que obstaculiza el proceso de normalización de las relaciones e impide la posibilidad de crear un Estado palestino», afirmó.
El líder ruso añadió que espera que «la construcción de asentamientos se detenga y que el conflicto se resuelva mediante tratativas directas entre las partes».
«En las últimas décadas presenciamos una enorme transformación en nuestras relaciones con Israel. Me refiero a que este país recibió una gran cantidad de inmigrantes de la ex Unión Soviética, por lo que no somos indiferentes a lo que sucede allí. Sin embargo, también tenemos excelentes relaciones con el mundo árabe, en particular, con la Autoridad Palestina (AP)», agregó el mandatario.
«Es más, la Unión Soviética - y consiguientemente Rusia, en su calidad de Estado sucesor - reconoció hace mucho tiempo la estatalidad palestina. No planeamos cambiar nuestra postura a este respecto», señaló.
Asimismo, y sobre un panorama regional más amplio pero no menos relevante, Putin dijo que «la Guerra Fría terminó», pero avisó que nunca «se llegó a firmar una paz» con nuevas reglas para las relaciones internacionales, y acusó a Estados Unidos de querer imponer a Oriente Medio sus intereses.
«Existe la impresión de que los llamados vencedores en la Guerra Fría decidieron llevar la situación al límite, influir en regiones a su gusto y para sus intereses», aseveró Putin al exponer en el foro de debate Valdái en la ciudad de Sochi, a orillas del mar Negro.
También opinó que el actual sistema de seguridad regional está «debilitado, fraccionado y deformado» y ya no es una garantía contra «conmociones».
«Necesitamos nuevos consensos regionales de fuerzas co-responsables», añadió Putin, que aclaró que Rusia «no ve a Estados Unidos como una amenaza».
«No se trata de componentes locales, ni del reparto de zonas de influencia en el espíritu de la diplomacia clásica, ni del dominio total de alguna de las partes», amplió.
«Hoy aumentó bruscamente la posibilidad de una serie de graves conflictos, con participación indirecta - si no directa - de grandes potencias», advirtió.
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