La Casa Blanca saludó sin entusiasmo la victoria de Netanyahu y reafirmó su apoyo a la solución de dos Estados, descartada hace pocos días por el premier.
«El presidente Obama cree que la solución de dos Estados es la mejor forma de responder a la crisis», declaró su portavoz, Josh Earnest.
Obama no llamó aún a Netanyahu, pero lo hará «en los próximos días», afirmó Earnest, y precisó que el canciller John Kerry sí felicitó al mandatario israelí.
Las relaciones entre Obama y Netanyahu, notoriamente tensas, se agravaron más con el viaje a Washington del primer ministro israelí por invitación de los republicanos del Congreso, donde pronunció un discurso en el que atacó con virulencia las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.
El Ejecutivo estadounidense expresó, por otro lado, su preocupación por algunos discursos de la reciente campaña electoral israelí «que dividen», en clara referencia a las palabras de Netanyahu y su partido sobre el voto de los árabes.
El día de la votación, el líder hebreo colgó un video alarmista en su página de Facebook: «El poder de la derecha está en peligro. Los electores árabes van en masa a las urnas», señaló.
«El Gobierno de Estados Unidos está profundamente preocupado por la retórica que busca marginar a ciudadanos árabe-israelíes», indicó Earnest.
«Esa retórica es profundamente preocupante y divisiva, además de que socava los valores e ideales democráticos que son una parte importante de lo que une a Estados Unidos e Israel», agregó.
«La política de Estados Unidos durante más de 20 años fue la de perseguir una solución de dos Estados para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos», destacó.
«Las decisiones tomadas por Estados Unidos en la ONU estaban basadas en esa idea de una solución de dos Estados», señaló Earnest.
«Ahora que nuestro aliado dijo que ya no está comprometido con esa vía, ello significa que necesitamos reconsiderar nuestra posición», agregó, precisando que aún no se tomó ninguna decisión al respecto.
Un eventual cambio de posición de Washington en el Consejo de Seguridad, donde Israel puede contar históricamente con un indefectible apoyo norteamericano, podría permitir la adopción de una resolución sobre una solución de dos Estados a lo largo de las fronteras de antes de 1967.
«La relación con Estados Unidos nunca fue tan mala. Tras haber expuesto su posición de forma tan tajante, será difícil para Netanyahu dar marcha atrás y pretender que no era otra cosa que una estrategia de campaña», opinó David Hartwell, de la revista «Middle East Insider», con sede en Londres.
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