Aliados de Binyamín Netanyahu reconocieron que el rechazo del primer ministro israelí a la creación de un Estado palestino horas antes de la elección en su país había causó fricción con la Casa Blanca, pero culparon a las críticas sin precedentes del presidente Barack Obama a un malentendido.
En Estados Unidos, donde las relaciones con Netanyahu convirtieron en un problema entre los dos principales partidos tras generaciones en las que el apoyo a Israel era un punto de unidad entre ambos, el senador republicano John McCain dijo que Obama tendría que superar su enojo.
Netanyahu prometió poco antes de la victoria que le permitió su reelección la semana pasada que nunca habría un Estado palestino en tanto él fuera el primer ministro de Israel.
Las declaraciones fueron interpretadas como un rechazo a la solución de dos Estados que durante décadas es la base de las negociaciones para resolver el conflicto entre palestinos e israelíes, organizadas por sucesivos gobiernos de Estados Unidos tanto republicanos como demócratas.
Desde que ganó la elección, Netanyahu trata de desdecirse explicando que él no estaba en principio rechazando un Estado palestino, sino respondiendo a una realidad en la que la Autoridad Palestina (AP) tiene un pacto político con Hamás bajo el cual la condición de Estado sería inaceptable.
Pero Obama afirmó que las declaraciones de Netanyahu hacían «difícil encontrar un camino» para volver a negociaciones serias. En una conversación que tuvo el pasado jueves con el mandatario hebreo dijo que Washington tendría que «revisar sus políticas en Oriente Medio».
Yuval Steinitz, ministro israelí de Asuntos Estratégicos y estrecho aliado de Netanyahu, reconoció el problema pero culpó al Gobierno norteamericano por no haber entendido la posición del primer ministro.
«Netanyahu no dijo que la solución de dos Estados fuera inaceptable. Lo que sí dijo es que la realidad cambió», declaró en una entrevista con la radio pública israelí.
La cercanía de Estados Unidos con Israel es un pilar fundamental para la seguridad de éste último en sus 67 años de historia, y los enemigos políticos de Netanyahu lo acusan de poner el vínculo en riesgo.
Netanyahu tiene con Obama una relación difícil que empeoró dos semanas antes de las elecciones cuando se presentó ante el Congreso por invitación de los republicanos y condenó las negociaciones del gobierno demócrata con Teherán por el programa nuclear iraní.
Consultado sobre si las relaciones entre Estados Unidos e Israel corren peligro, McCain dijo: «creo que eso depende del presidente de Estados Unidos».
«Supere su enojo, señor presidente», aconsejó el senador en una entrevista con CNN. «El menor de sus problemas es lo que Bibi dijo o no dijo durante una campaña electoral», agregó.
Netanyahu, líder del Likud, probablemente reciba este miércoles el visto bueno del presidente, Reuvén Rivlin, para comenzar lo que podrían ser hasta 42 días de negociaciones con los posibles socios de su nuevo gobierno.
Sus comentarios sobre un Estado palestino fueron parte de una estrategia que ayudó a la victoria electoral después de que las encuestas previas pronosticaban que perdería frente al centroizquierdista Grupo Sionista.
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