El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, condenó enérgicamente el ataque vandálico a la iglesia de Tabgha, cerca del mar de Galilea (Kineret), donde la tradición cristiana sitúa el milagro de la multiplicación de los panes y los peces de Jesús.
«Este escandaloso acto contra una iglesia es un ataque a todos nosotros. La libertad de culto en Israel es uno de los valores centrales y está garantizada por ley. Los responsables de este crimen se enfrentarán a toda la fuerza de la ley», aseguró.
«El odio y la intolerancia no tienen lugar en nuestra sociedad», añadió el mandatario.
El primer ministro ordenó al jefe del Shin Bet, Yoram Cohen, llevar a cabo una rápida investigación para encontrar a los culpables.
La policía israelí detuvo a 16 menores sospechosos de estar relacionados con el incendio intencionado de la iglesia, que están siendo interrogados.
La mayoría de los detenidos son miembros del asentamiento judío de Yitzhar, en Cisjordania, que se encontraban cerca del lugar del siniestro.
Durante la pasada noche se produjo un incendio que afectó a parte de las instalaciones del templo, construido en las proximidades del mar de Galilea o lago Tiberíades y que señala el punto en el que, según la tradición, Jesús multiplicó cinco panes y pescado para repartir entre las personas que lo acompañaban.
Los bomberos consiguieron apagar el incendio y encontraron en las paredes de la iglesia grafitis escritos en hebreo, entre los que uno decía «Los falsos ídolos serán destruidos", por lo que la policía cree que el incendio fue provocado por causas religiosas o nacionalistas.
«Los bomberos apagaron el incendio, pero la iglesia sufrió un daño extenso por dentro y por fuera. Se encontraron grafitis en hebreo, lo que da lugar a las sospechas de que el fuego podría haber sido causado deliberadamente», explicó el portavoz de la policía israelí, Micky Rosenfeld
Las oficinas de la iglesia, un almacén y el área dedicada a la oración resultaron dañados. Rosenfeld confirmó que dos personas resultaron levemente heridas por inhalación de humo y fueron trasladadas al hospital Poría cerca de Tiberíades.
«Estamos sorprendidos y conmocionados. Esta iglesia es un lugar de paz», dijo con tristeza el Padre Lutger en un templo que por su belleza y significado religioso es un centro importante del turismo y peregrinaje en Tierra Santa.
El vocero de la Iglesia católica en Jerusalén, Wadie Abunasar, se desplazó hasta el lugar para ver los efectos de este acto vandálico, un tipo de sucesos que en los últimos años aumentó en Israel y la Autoridad Palestina (AP) a manos de grupos de radicales judíos.
«Estamos agradecidos por los esfuerzos de las autoridades israelíes, pero esperamos que haya consecuencias. Una detención no es suficiente. Está bien que hayan arrestos, pero ¿llevarán a un castigo? Seguiremos el caso de cerca porque creemos que llegó el momento en que el gobierno de Israel trate estos asuntos de manera seria», declaró Abunasar.
También la viceministra de Exteriores israelí, Tzipi Hotovely, condenó el ataque. Tras defender a Israel diciendo que el país «respeta la libertad de religion», expresó su confianza en que la policía va a hacer justicia en el caso.
«Estoy segura de que la policía hará todo lo que esté en su poder para detener a los responsables y evitar ataques similares en el future», señaló Hotovely.
«Se trata de una acción cobarde que condeno con toda mi fuerza y contradice los valores de Israel. Seguiremos respetando y protegiendo la libertad de culto en este país. Ante actos de este tipo, manifestaremos tolerancia cero», declaró por su parte el ministro israelí de Seguridad Interior, Gilad Erdán.
Los llamados «ataques por odio religioso» volvieron a la actualidad en las últimas semanas en Israel tras la profanación de decenas de tumbas judías en el cementerio del Monte de los Olivos en Jerusalén.
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