El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, calificó el pacto nuclear con Irán como un «error de proporciones históricas» y aseguró que hará todo lo posible para impedir que ese país tenga armas atómicas.
«Irán va a ver abierto el camino libre para desarrollar armas nucleares y muchas de las restricciones que se lo impedían van a ser levantadas», advirtió.
«Gracias a este acuerdo, que quiere impedir que Teherán se dote de una bomba atómica, Irán recibirá cientos de miles de millones de dólares que le permitirán hacer funcionar su máquina del terror, su agresión y su expansión en Oriente Medio y en el mundo», acusó Netanyahu.
El primer ministro criticó al Grupo 5+1 (EE.UU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania), que, según él, estaba «dispuesto a un acuerdo a cualquier precio».
«No es posible impedir un acuerdo cuando los negociadores están dispuestos a hacer siempre más concesiones a aquellos que, incluso durante las negociaciones, gritan 'muerte a Estados Unidos'», recalcó, refiriéndose a manifestaciones antiestadounidenses.
Netanyahu abrió una cuenta de Twitter en lengua persa, para dirigirse al pueblo iraní y advertir de los supuestos efectos negativos del acuerdo alcanzado.
«Nuestro compromiso es el de evitar que Irán alcance armas nucleares y ese compromiso sigue vigente hoy más que nunca. De no ser por nuestros esfuerzos estos últimos años Irán ya podría haberse rearmado hace tiempo con armas nucleares», dijo.
Otros líderes israelíes tildaron el pacto como «un document vergonzoso para todo el mundo libre» y consideraron que el acuerdo alcanzado «es como darle un fósforo a un pirómano»,
El consenso se logró tras dos semanas de tratativas maratónicas en la capital austríaca y prevé una clara reducción de las capacidades nucleares de la República Islámica que le impida que pueda fabricar una bomba atómica. A cambio, las sanciones económicas que sufre el país persa serán levantadas de manera gradual.
El Congreso estadounidense, muchos de cuyos miembros son muy escépticos frente al acuerdo, tiene que aprobar aún el texto.
Para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el acercamiento constituye un éxito diplomático de gran magnitud en un momento de numerosos conflictos en el mundo. Marca un nuevo comienzo en las relaciones entre su país e Irán tras 36 años de enfrentamiento.
El pacto también representa el fin del aislamiento de Teherán y refuerza al régimen de los ayatolás como potencia regional.
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