Las reacciones entre la clase política israelí al acuerdo alcanzado entre Teherán y el Grupo 5+1 respecto al programa nuclear iraní son muy negativas, con alguna excepción. Todo el arco parlamentario, excepto la Lista Conjunta Árabe, consideró que el pacto es muy negativo y puede tener consecuencias nefastas para Israel.
El ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, del partido Likud que lidera el primer ministro Binyamín Netanyahu, afirmó que el pacto está construido «sobre mentiras y engaños».
«Irán llegó a la mesa de negociaciones en una posición débil y salió victorioso. En lugar de luchar contra el terror con todas sus fuerzas, el mundo libre concedió legitimidad a las maneras de actuar criminales y aborrecibles de Irán», indicó Yaalón.
Para el titular de Defensa, el acuerdo «es una tragedia para todos los que aspiran a una estabilidad regional y temen un Irán nuclear».
Yaalón consideró a Irán «el líder mundial en la exportación del terror, implicado maliciosamente en cada ángulo del conflicto de Oriente Medio, minando a regímenes árabes, luchando contra Israel y dañando los intereses occidentales en la región».
El ministro de Educación, Naftali Bennett, líder del partido ultranacionalista religioso Habait Haiehudí, declaró que «el día que se firmó el pacto se recordará como un día negro en la historia del mundo libre».
«Los libros de historia serán reescritos y este período será considerado como particularmente grave y peligroso», apuntó Bennett.
La viceministra de Exteriores, Tzipi Hotovely, calificó el acuerdo de «capitulación histórica de Occidente al Eje del Mal liderado por Irán».
La diputada del Grupo Sionista, Selly Yachimovich, tildó el pacto nuclear de «peligroso y perjudicial», pero pidió a Netanyahu, que «deje y desista inmediatamente de confrontar a Estados Unidos».
«Netanyahu tiene que dejar de diseminar profecías de fatalidad, entrar en razón y reorganizarse para mejorar la posición de Israel y defender sus intereses cuando se implemente el acuerdo», añadió Yachimovich.
El líder del partido ultranacionalista Israel Beiteinu, Avigdor Liberman, afirmó que el acuerdo «ignora la experiencia pasada y pone en peligro el futuro».
«El acuerdo con Irán se recordará en la historia en la misma línea que el Acuerdo de Múnich y el de Corea del Norte. Ignora grandes peligros y es el resultado de una rendición total al terror y a una violencia desenfrenada en la arena internacional», recalcó Leberman.
El diputado de Yesh Atid, Haim Jelín calificó el pacto con Irán de «malo» y que destacó que contiene puntos «muy problemáticos para la situación diplomática y de seguridad de Israel. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestro poder para cambiarlo».
La única nota discordante en el Parlamento la dio la Lista Conjunta Árabe.
Esta formación, la tercera fuerza política en la Cámara, elogió el acuerdo nuclear y lo definió como «una victoria de la voluntad del pueblo iraní y de su lucha para acabar con el asedio y las sanciones contra su país y su rechazo a capitular ante los dictados internacionales».
El partido, que agrupa a las principales formaciones árabes, pero que integra también a judíos, expresó su esperanza de que el acuerdo alcanzado en Viena «se aplicará a Israel» y llevará al desmantelamiento del arsenal nuclear del país.
«El objetivo de la oposición israelí al acuerdo es ser la única potencia nuclear en la región y desviar a la opinión pública internacional de la ocupación, que es la fuente de tensiones, guerra e inestabilidad en Oriente Medio», añadió la Lista Conjunta en un comunicado.
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