El servicio de espionaje interno israelí, Shin Bet, señaló que «no hay suficientes pruebas para ilegalizar» al grupo judío ultranacionalista Lehavá.
La conclusión del Shin Bet es un duro golpe para el ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, que había empezado a trabajar con los servicios de seguridad y expertos legales para intentar prohibir a Lehavá, que es racista con los árabes y lucha contra lo que llama «la asimilación» de los judíos.
Yaalón se mostró a favor de una lucha «inflexible» contra el terrorismo judío después del ataque de extremistas judíos que mataron a un bebé palestino e hirieron de gravedad a su hermano y sus padres, y de que un judío ultraortodoxo apuñalara a seis personas y matara a una de ellas, una joven de 16 años, en la marcha del Orgullo Gay de Jerusalén, el jueves pasado.
Lehavá se opone a las relaciones personales, e incluso de negocios, entre judíos y no judíos.
El año pasado el grupo se manifestó en la entrada de la sala de fiestas donde se celebraba el banquete de bodas de una pareja de novios mixta, ella judía y él árabe.
No obstante, el Shin Bet informó que reconsiderará sus conclusiones si aparecen pruebas contra Lehavá.
Yaalón lo quiere ilegalizar desde que miembros de este grupo fueron arrestados e imputados por haber incendiado la escuela bilingüe Max Rayne, en Jerusalén, donde estudian niños judíos y árabes.
La Justicia israelí, no obstante, no emitió ninguna imputación contra el líder de Lehavá, Bentzi Gopshtein, ni ninguno de los miembros del grupo por incitar a la violencia o a cometer actos terroristas motivados por el racismo.
Lehavá se creó en 2009, cuando diversos grupos que se formaron «para salvar a las chicas judías de la seducción de los no judíos» se unieron.
El grupo se manifestó contra los árabes, los refugiados africanos y la presencia cristiana en Israel.
Gopshtein dijo que Lehavá no actúa ilegalmente y acusó al Shin Bet de intentar frustrar su trabajo «para salvar a las hijas de Israel».
La semana pasada, miembros de Lehavá llamaron a una «intervención humanitaria» contra la marcha del Orgullo Gay en Jerusalén.
Tras el apuñalamiento de seis personas y el asesinato de la joven Shira Banki (16), aseguraron que no tenían nada que ver con el ataque.
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