El Papa Francisco recibió en el Vaticano al presidente israelí, Reuvén Rivlin, y le aseguró que «el verdadero desafío es unir», en un encuentro en el que trataron la situación política y social de Oriente Medio.
En una audiencia de 30 minutos, el Sumo Pontífice recibió por primera vez a Rivlin desde que el mandatario fuera elegido en julio del año pasado.
«Se trató la situación política y social de Oriente Medio, signada por varios conflictos, con particular atención a la situación de los cristianos y de otros grupos minoritarios. Al respecto, se trató la importancia del diálogo interreligioso y la responsabilidad de los líderes religiosos en la promoción de la reconciliación y la paz», reza el documento emitido por el Vaticano.
«Se evidenció la necesidad y la urgencia de promover un clima de confianza entre israelíes y palestinos y de reiniciar las negociaciones directas para alcanzar un acuerdo respetuoso de las legítimas aspiraciones de los dos pueblos, como contribución fundamental a la paz y estabilidad de la región», agregó el comunicado dado a conocer tras el encuentro.
«Se trataron también algunas cuestiones sobre las relaciones entre el Estado de Israel y la Santa Sede y entre la autoridad estatal y la comunidad católica local, auspiciando una pronta conclusión del acuerdo bilateral en curso y de una solución adecuada de algunas cuestiones de comunes intereses, entre ellas la situación de las escuelas cristianas en el país», añadió el Vaticano.
Tras el encuentro, el presidente israelí regaló al Santo Padre una estela de Basalto en la que aparece por primera vez una mención a David fuera de la Biblia.
«Pensé que era justo que usted tuviera este elemento para recordar el origen común entre el cristianismo y el judaísmo», le dijo Rivlin.
A su vez, el Papa le regaló un medallón con un olivo en medio de una rosa y la inscripción: «Busca lo que une, supera lo que divide».
Según allegados a Francisco, es probable que de ahora en más el Papa regale ese medallón en las audiencias en las que esté presente el tema de la paz.
«Ante cualquier división, el verdadero desafío es la union», dijo el Santo Padre tras regalarle el medallón, y antes de entregarle la encíclica Laudato Sí y la exhortación evangélica Evangelli Gaudium, en la que, según resaltó Francisco, «aparece el diálogo con los hebreos».
«Rece por mí», saludó el Pontífice a Rivlin y su esposa, que se despidieron augurándole «nos vemos pronto en Israel».
Tras el encuentro, Rivlin y la delegación de 15 personas que lo acompañaba mantuvieron una reunión con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
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