Dos palestinos que hirieron levemente a siete soldados israelíes embistiéndolos con sus coches en dos lugares distintos de Cisjordania fueron abatidos, elevando a 11 la cifra de fallecidos esta semana.
El primero de ellos fue muerto por un civil israelí, después de haber embestido con su coche a soldados apostados en una estación de autobuses cerca del asentamiento judío de Kfar Adumim, al noroeste de Jerusalén, hiriendo levemente a dos de ellos, indicó la policía.
El terrorista palestino, Fadi Jasib era originario de Ramallah. Su hermano fue abatido el pasado domingo, tras haber embestido a israelíes e intentado apuñalarlos.
Horas después, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) abatieron a Omar Zaatik (20), quien había herido a cinco soldados israelíes cerca de la localidad de Beit Umar, adyacente al asentamiento judío de Kiryat Arba, en el distrito de Hebrón, en el sur de Cisjordania. Los cinco militares resultaron heridos de distinta consideración, según el servicio de emergencias Maguén David Adom (MDA).
Al caer la noche se produjo otro ataque. Un palestino apuñaló y causó heridas graves a un guardia fronterizo cerca de una parada de autobuses en la ciudad de Nahariya, en el extremo norte del país, antes de huir. En total, ocho oficiales y soldados fueron heridos y evacuados a hospitales.
«Hace unos momentos un guardia de fronteras fue herido cerca de la estación de autobuses de Nahariya. El sospechoso huyó del lugar y se puso en marcha una operación de búsqueda. El incidente parece ser un ataque terrorista», señaló la portavoz policial, Luba Samri.
En las últimas semanas se multiplicaron las agresiones contra israelíes, en su mayoría con arma blanca, los enfrentamientos entre palestinos y soldados israelíes y la violencia entre palestinos y colonos.
Estas dos nuevas muertes elevan a 104 el número de fallecidos de lado palestino desde el 1 de octubre. La ola de violencia dejó, además, 19 muertos de lado israelí, así como un estadounidense y un refugiado eritreo.
El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu anunció esta semana un refuerzo de las medidas de seguridad en Cisjordania.
«No hay límite para la acción de las FDI y de las fuerzas de seguridad» aseguró.
Netanyahu decretó un endurecimiento de los controles para los vehículos palestinos y un aumento de los controles en vías secundarias, creando rutas separadas para israelíes y palestinos. También dijo que se retirarán los permisos para los familiares de los atacantes.
El ministro de Defensa Moshé Yaalón informó en declaraciones difundidas por la radio pública de la detención de más de 800 palestinos en dos meses por las FDI.
La comunidad internacional intentaron impulsar medidas para que palestinos e israelíes controlen el estallido de la violencia. Estos intentos, incluyendo la visita del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el pasado martes, resultaron infructuosos.
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