La renuencia de Brasil a aceptar a un embajador israelí que es un colono en Cisjordania desató una crisis diplomática, y causa preocupación en el Gobierno hebreo porque el incidente podría alentar activismo propalestino contra el nombramiento.

La designación hace cuatro meses de Dani Dayán, ex jefe del movimiento judío de asentamientos, no cayó bien en el Gobierno brasileño, que apoya en los últimos años la causa de un Estado palestino y considera que las colonias judías son ilegales.

Reda Mansour, el anterior embajador israelí, dejó Brasilia la semana pasada. Este domingo, el Gobierno israelí comunicó que Brasil arriesgaba arruinar sus relaciones bilaterales si no permitía que Dayán sustituyera a su anterior representante.

«El Estado de Israel mantendrá las relaciones diplomáticas con Brasil en un nivel secundario si no se confirma la designación de Dani Dayán», dijo la viceministra de Exteriores, Tzipi Hotovely, en declaraciones al Canal 10 israelí, agregando que Dayán seguiría siendo el único nominado.

Varios funcionarios brasileños no quisieron hacer declaraciones sobre si el Gobierno de Dilma Rousseff aceptará la nominación de Dayán, que nació en Argentina. Sin embargo, una fuente en la cartera de Exteriores dijo que «no creo que eso vaya a suceder».

La Fuente afirmó que Israel tendría que elegir a otra persona para su embajada porque la designación de Dayán tensó una relación dañada en 2010, cuando Brasil decidió reconocer al Estado palestino en Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza, que Israel conquistó en la Guerra de los Seis Días, en1967, y colonizó.

Israel abandonó unilateralmente Gaza en 2005 pero reclama Jerusalén como su capital indivisible, y quiene conservar partes de los asentamientos en Cisjordania en caso de llegar a un acuerdo de paz con los palestinos.

Durante el fin de semana, Dayán salió a defender su nominación, declarando a medios israelíes que el Gobierno no estaba haciendo lo suficiente para presionar a Brasil para que lo acepte.

Dayán dijo que no hacerlo podría crear un precedente, prohibiendo a los colonos la representación de Israel en el exterior.

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