El ministro de Relaciones Internacionales y Asuntos Estratégicos israelí, Yuval Steinitz, afirmó que Israel «no está envuelto ni quiere verse envuelto» en el conflicto sirio y resolvió «no animar» ni a EE.UU ni a Europa a tomar decisiones sobre él.
En un encuentro con los principales medios internacionales acreditados en Israel, Steinintz señaló que «es demasiado temprano para predecir cómo acabará la guerra civil en Siria», que según datos suministrados por la ONU se cobró hasta ahora la vida de al menos 90.000 personas.
Israel, que tiene frontera con Siria en los Altos del Golán, sigue de cerca el conflicto por las ramificaciones que pueda tener para su propia seguridad y la de la región.
«Hemos decidido no animar ni a EE.UU ni a Europa a tomar alguna decisión sobre lo que acontece en Siria porque es una situación muy complicada», aseguró el ministro, uno de los dirigentes del partido Likud, que preside el primer ministro, Binyamín Netanyahu.
Steinintz recalcó sin embargo que Israel se «defenderá y reaccionará ante cualquier amenaza de parte de Siria».
Una de las preocupaciones del Gobierno de Netanyahu es la venta a Damasco del avanzado sistema antiaéreo ruso S-300, capaz de derribar un avión a más de 300 kilómetros de distancia.
Steinintz subrayó que Israel está «muy preocupado» por ese suministro de armas sofisticadas en medio de «esta brutal guerra civil» y consideró «totalmente equivocada» la decisión de Moscú.
Esos cohetes podrían impedir, por ejemplo, que aviones israelíes, o de países occidentales, en caso de que estos decidieran una intervención militar, pudieran penetrar el espacio aéreo sirio.
El Gobierno sirio y fuentes occidentales atribuyen a Israel tres ataques aéreos - uno en enero y otros dos a principios de mayo -, supuestamente, para destruir convoyes de armamentos modernos que iban a ser transferidos a la organización terrorista libanesa Hezbolá.
Steinitz expresó su preocupación por ese posible suministro al principal enemigo de Israel en su frontera norte pero ni confirmó ni desmintió las informaciones acerca de que los bombardeos fueron obra de la Fuerza Aérea hebrea.
«Creemos que este comportamiento de entregarle armas al presidente Assad en este momento crucial de la guerra civil es totalmente erróneo», aseveró Steinitz.
«Son misiles para defensa aérea, pero los S-300 son también armas de ataque. Con un alcance de hasta 300 kilómetros, pueden atacar aviones en la zona de Tel Aviv», añadió.
«Este es un tipo de refuerzo, un tipo de apoyo a un régimen brutal que está totalmente equivocado, también desde un punto de vista moral», agregó.
«La actitud del Gobierno de Rusia, una de las principales potencias del mundo, me parece una verdadera falta de responsabilidad, que podría llevar a desestabilizar la región», aseveró Steinitz
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