Al menos 47 miembros de la oposición islamista en el Parlamento jordano presentaron una propuesta para promulgar una ley que derogue el tratado de paz firmado con Israel en 1994.
La iniciativa fue tomada como respuesta al debate surgido en el Parlamento israelí sobre la imposición de la soberanía de Jerusalén en el Monte del Templo que incluye la mezquita de Al Aqsa.
«Instamos al Gobierno a responder a la demanda del pueblo, que exige de forma reiterada la anulación del tratado de paz con Israel. Si no se hace, el enemigo continuará su agresión contra Jordania y la Autoridad Palestina», afirmó el Frente de Acción Islámica (FAI), sucursal jordana de los Hermanos Musulmanes, en un comunicado.
El Parlamento israelí debatió ayer un proyecto de ley del diputado Moshé Feiglin, miembro de la facción más radical del Likud, el partido del primer ministro Binyamín Netanyahu. que propuso «la aplicación de la soberanía israelí en el Monte del Templo.
Netanyahu afirmó que se oponía tajantemente a esa iniciativa y presionó para que el anteproyecto no fuera traído a votación.
Los diputados jordanos calificaron la propuesta israelí de «violación del tratado de paz» bajo el que Israel reconoció el derecho de Ammán de mantener los lugares sagrados musulmanes y cristianos en Jerusalén.
En la sesión, varios parlamentarios urgieron al Gobierno jordano a expulsar al embajador israelí en Ammán, Daniel Nevó, y revocar al embajador jordano en Israel, Walid Obeidat.
Los legisladores llegaron a pedir incluso la dimisión del Gobierno del primer ministro jordano, Abdullah Ensur, si éste no decide con respecto a ambos embajadores.
Está previsto que este debate parlamentario continúe en la sesión de hoy.
Como consecuencia de la visita de Feiglin al Monte del Templo, realizada ayer antes del debate parlamentario en la Knéset, tropas israelíes chocaron con manifestantes que protestaban contra la anexión de Al Aqsa, sellaron varias entradas a la explanada y desalojaron a medio centenar de creyentes musulmanes que montaron una vigilia de dos días.
Al igual que su abuelo, Abdullah I, y su padre, Hussein, el actual monarca jordano, Abdullah II, es el guardián de Al Aqsa, que junto a las ciudades sauditas de La Meca y Medina son los tres lugares más sagrados del islam.
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