Públicamente, el gobierno israelí afirma que no aceptará que Irán enriquezca uranio ni al 1%. Hasta un 3,5% de enriquecimiento supone fines civiles, mientras desarrollar armas nucleares exige un 90%.
El diario israelí Haaretz publicó que el porcentaje de enriquecimiento refiere al grado en el que el uranio natural fue adicionado con el isótopo U 235, capaz de sostener una reacción en cadena de fisión nuclear.
Sin embargo, desde un 20% se puede desarrolla armamento nuclear.
Según Haaretz, dos días antes de iniciarse la reciente ronda de negociaciones en Bagdad entre Irán y las grandes potencias: Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Francia e Inglaterra, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, habría comunicado a sus funcionarios y a los delegados estadounidenses que su país podría aceptar que Irán continúe enriqueciendo uranio en bajo nivel, hasta 3,5%.
Esto significaría una flexibilización de la postura sostenida hasta ahora por Israel que reclama que se detenga todo proceso de enriquecimiento y además que Teherán se deshaga de todo el uranio enriquecido que posee.
Las negociaciones entre las potencias e Irán se encaminarían a un acuerdo intermedio en el que Teherán debería detener el enriquecimiento en el 20% y tendría que descartar el uranio enriquecido en ese nivel hasta el momento que, se estima, sería de unos 100 kilos.
La estrategia de Israel es continuar en una postura dura para evitar un eventual acuerdo de ese orden. Esa eventualidad fue definida como «una trampa de miel», por las fuentes.
Según los informes de Haaretz, sin embargo, Israel podría aceptar un enriquecimiento de hasta el 3,5% pero reclamar que Irán se deshaga de todo el uranio que ya tiene enriquecido al 20%.
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