El ex primer ministro israeí, Ehud Olmert, reconoció la fragilidad de la población civil del país en caso de que se inicie otra guerra con Líbano.
En un discurso pronunciado con motivo del sexto aniversario de la Segunda Guerra del Líbano, Olmert señaló que un eventual tercer conflicto se extendería por la gran mayoría de las ciudades de Israel.
El ex titular hebreo estimó que las Fuerzas Armadas de Israel (FDI) perdieron poder de disuasión durante la guerra que duró 33 días.
Las FDI invadieron Líbano en 2006 con el objetivo de eliminar a la organización terrorista Hezbolá, y provocaron la muerte de al menos 1.200 libaneses.
Por su parte, Hezbolá llevó a cabo una acción de contraataque ante las fuerzas israelíes, lazando misiles sobre el norte de Israel durante todo el período que duró la guerra.
Tras el Informe Winograd, que analizó y determinó los fracasos del Ejecutivo israelí - dirigido por Olmert - durante el conflicto, Israel puso en marcha una guerra de inteligencia contra Hezbolá a fin de infiltrarse en los sistemas informáticos de la organización islámica.
Últimamente, las FDI se vieron obligadas a destruir un dispositivo de espionaje que habían colocado en el sur de Líbano, tras haber sido descubierto por Hezbolá.
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