El Gobierno de Israel comunicó al Tribunal Supremo que el puesto de avanzada de Migrón en Cisjordania será evacuado en los próximos días. En la zona, las opiniones se mantienen divididas: mientras 30 familias piden el retraso hasta que se complete el sitio temporal, otras 17 aseguran estar «listas para quedarse a toda costa».
Durante la audiencia, el presidente del Tribunal Supremo, Asher Grunis y las jueces, Edna Arbel y Miriam Naor, debatieron ambas peticiones. El grupo de 17 familias solicitó permanecer en su tierra, que dice haber comprado legalmente a sus propietarios palestinos. Pero aún no está lista la sentencia.
Respecto a la solicitud de aplazar el abandono hasta preparar el lugar suplente, uno de los habitantes dijo que, de ser necesario, los colonos se trasladarán a otro lugar mientras se espera que el sitio temporal es completado.
Yuval Funk, subdirector del Departamento de Colonización de la Organización Sionista Mundial, presentó un panorama general de la situación de la construcción y afirmó que el alojamiento temporal en el sitio está listo para ser habitado.
Pero los colonos no la ponen fácil y exigen permisos del departamento de bomberos, frente a lo que la juez Miriam Naor ironizó la situación preguntando sarcásticamente si el puesto de avanzada de Migrón había concedido dichos permisos.
En cuanto a la demanda de los colonos para cercar el sitio temporal, Funk señaló que había hablado con el jefe del Consejo Regional de Binyamín, Avi Roeh, quien dijo que no era una buena idea porque entonces el sitio «se verá como un gueto».
El abogado Mijael Sfard, que representa a Paz Ahora, manifestó que el Tribunal debe transmitir un mensaje más amplio, debido a la desobediencia civil en Migrón. «La gente llegó y se robó las tierras por razones ideológicas», señaló.
«Diez años después del inicio de la construcción ilegal en el puesto de avanzada es el momento de enviar un mensaje categórico, y la forma de hacerlo es mediante la demolición de todo lo que se construyó allí. El símbolo de Migrón debe ser destruido», agregó Sfard.
Un alto funcionario del gobierno dijo al diario Haaretz que las demandas de los colonos de Migrón «son extravagantes». «En la parte superior del asentamiento están dispuestos a quedarse a toda costa, sin agua ni electricidad. Por otro lado, en la parte inferior están discutiendo sobre cada pequeño detalle, hasta que tengan una mikve con agua caliente (baño ritual), no van a salir», aseguró.
El Gobierno rechazó la petición de las 17 familias a permanecer en dichas tierras porque si éstas fueron compradas legalmente o no, no hay carreteras asfaltadas que permitan acceso, a excepción de las que pasan por territorio palestino privado. Frente a esto, los colonos instaron al Gobierno a hacerse cargo de la construcción de dichas rutas.
El segundo grupo de 30 familias contrató un asesor de seguridad, el cual afirmó que hasta que las aceras estén pavimentadas, la cerca de seguridad se construya, las pilas de desechos se eliminen y se completen las estructuras públicas, la zona no es apta para ser habitada.
Por el contrario, la Organización Sionista Mundial, que construyó el sitio, afirma que 50 casas móviles fueron completadas, incluyendo agua y electricidad, y que el resto de la obra no presenta ningún peligro para su habitación.
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