Dov Weisglass, quien fuera jefe de gabinete del ex primer ministro israelí, Ariel Sharón, negó las sospechas de que Israel envenenó al líder palestino Yasser Arafat, mientras Francia se dispone a iniciar una investigación sobre su posible asesinato luego que un laboratorio suizo dijo haber hallado rastros de una sustancia mortal en sus pertenencias.
Weisglass afirmó que Israel no tenía razones para dañar físicamente al líder palestino. Durante los últimos dos años de vida de Arafat, Israel lo confinó a su cuartel general en la ciudad cisjordana de Ramallah, acusándolo en esos momentos de alentar la segunda Intifada.
«Israel no tuvo nada que ver en esto», dijo Weisglass en una entrevista con la radio del Ejército israelí, «Galei Tzáhal», pese a que Arafat, agregó, era «uno de los peores enemigos de Israel».
Weisglass era jefe de gabinete cuando murió Arafat en 2004 y fue un participante clave en los debates que rodearon el agravamiento de la salud del líder palestino.
«No le hicimos daño físicamente cuando Arafat estaba en su mejor momento; así que tuvimos mucho menos interés en este tipo de actividad cuando él fue marginado políticamente», agregó.
Weisglass dijo que él y otro funcionario israelí estaban cenando en Bruselas con el entonces jefe de política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, cuando sonó el teléfono del diplomático cerca de la medianoche: El entonces primer ministro palestino, Ahmed Qureia, le dijo que Arafat necesitaba atención médica inmediata en un hospital de Ramallah. Qureia deseaba saber si Israel le permitiría salir de su recinto.
Weisglass señaló que llamó a Sharón a su casa y que el primer ministro aprobó la solicitud de inmediato. «Se permitió a Arafat recibir tratamiento médico en Francia, de manera que Israel no fuera acusado de exacerbar su enfermedad», añadió.
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