Los ministros del Gabinete de Binyamín Netanyahu se pusieron hoy de pie en su reunión semanal y guardaron un minuto se silencio para recordar el asesinato, hace diecisiete años, del entonces primer ministro israelí, Itzjak Rabín.
«El asesinato de Itzjak Rabín fue uno de los peores crímenes de la era moderna. Mancilla los anales del Estado y del sionismo. Está grabado en la historia judía al lado de otros eventos traumáticos», dijo Netanyahu.
El primer ministro aseguró que el magnicidio, ocurrido obliga a las autoridades a «salvaguardar la democracia israelí, defender la libertad de expresión y rechazar con firmeza toda muestra de violencia».
Alrededor de 20.000 personas se concentraron en la noche de ayer (sábado) en la Plaza Rabín de Tel Aviv para recordar al primer ministro, cuyo magnicidio se conmemora en Israel según el calendario judío.
La concentración, bajo el lema de «Recordamos a Rabín - Luchamos por la democracia», reunió a ciudadanos, miembros de la sociedad civil, fundaciones y movimientos juveniles, en un acto que, por primera vez, no apadrinó la familia.
Rabin fue asesinado la noche del 4 de noviembre de 1995 al concluir un mitin por la paz en la misma plaza donde todos los años es convocada la concentración de recuerdo que, desde entonces, lleva su nombre.
El homicida, Ygal Amir, condenado a cadena perpetua, era un militante de la derecha nacionalista que trataba de torpedear el proceso de paz con los palestinos iniciado en Oslo dos años antes.
A lo largo de la jornada de hoy se celebraron dos actos de recuerdo oficiales, uno de ellos ante la tumba de Rabin, en el Monte Herzl de Jerusalén, y el otro en el Parlamento israelí.
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