El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, afirmó que no está interesado en lo que la ONU diga sobre la construcción en asentamientos judíos, en medio de crecientes críticas por los últimos anuncios de edificación en Cisjordania y Jerusalén.
En una entrevista televisiva emitida por el Canal 2 de televisión israelí, Netanyahu subrayó que Israel tiene el derecho de construir en Jerusalén y que la edificación es una cuestión de principios.
«Vivimos en un Estado judío y Jerusalén es la capital de Israel. El Muro Occidental no es territorio ocupado. Construimos en Jerusalén porque es nuestro derecho. Lo que diga la ONU no me interesa», manifestó el jefe del Gobierno israelí.
Netanyahu respondió así a las críticas vertidas por un total de catorce de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas - a excepción de Estados Unidos -, que decidieron publicar varios comunicados para mostrar su oposición a los planes de Israel ante las afirmaciones de Washington de que vetaría toda propuesta, a pesar de haber criticado públicamente la misma.
Esta semana, el Comité de Edificación y Planeamiento del distrito de Jerusalén aprobó un plan que prevé la amplación del barrio judío de Givat Hamatós de 2.600 viviendas.
Dicho anuncio llegó dos días después de que una subcomisión del comité diera luz verde a la construcción de 1.500 viviendas en el barrio de Ramat Shlomó.
Tras el reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro de la ONU, Netanyahu anunció planes para construir 3.000 nuevas unidades de vivienda en asentamientos judíos y hacer avanzar el proyecto de edificación en la zona E-1, que conectaría a Maalé Adumim, en Cisjordania, con Jerusalén y minaría la continuidad territorial del Estado palestino aislándolo de la capital hebrea.
Interpelado sobre si los recientes anuncios acerca de ampliar asentamientos y construir nuevos son una maniobra electoral de cara a los próximos comicios, Netanyahu aseguró que se trata de una cuestión de política de Gobierno.
A pesar de que Israel considera Jerusalén como su capital, la ONU y la mayoría de los países de la comunidad internacional no la reconocen como tal, argumentando que antes de adoptar una postura definitiva se deberá resolver el estatus de la ciudad en negociaciones entre israelíes y palestinos.
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