El ex primer ministro israelí, Ariel Sharón, advirtió en 1983, cuando era titular de Defensa, de que Israel podría ser acusado de genocidio por la masacre en los campamentos palestinos de Sabra y Chatila, en Líbano, según unos documentos ahora desclasificados y que publicaron medios israelíes.
Treinta años después de que tuviera lugar una reunión ministerial que analizó las conclusiones del denominado Informe Kahan, que investigó la responsabilidad israelí en la muerte de civiles en esos campos de refugiados palestinos, los archivos desclasificados desvelan el contenido de la misma, informó el diario «Yediot Aharonot».
Pese a que el documento recomendaba la destitución de Sharón, este inicialmente rechazó dimitir e insistió en la reunión que tanto él, como el entonces primer ministro Menajem Begin, compartían la responsabilidad en lo ocurrido.
«Si adoptamos este informe, todos nuestros críticos alegarán que lo que pasó en los campos fue un genocidio, sin mencionar el hecho de que el comité mismo ni siquiera duda antes de trazar una línea entre Israel y sus aliados con los pogromos en Rusia y los horrores que sufrieron los judíos», señaló.
«Yo, personalmente, rechazo aceptar incluso el mínimo indicio de semejantes alegaciones», sostuvo Sharón en la reunión y añadió que «hay partes del informe que creo que simplemente no podemos aceptar si no queremos llevar esta carga, la marca de Caín, impresa en nuestra frente durante generaciones».
El nombre de Ariel Sharón es motivo de controversia en relación con su papel indirecto en las masacres de palestinos de los campos de refugiados de Sabra y Shatil, ocurridas el 16 de septiembre de 1982 en Beirut, donde, según distintas fuentes, fallecieron entre 700 y 3.500 personas a manos de grupos falangistas cristianos libaneses, con la pasividad de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El Ejército israelí, bajo la dirección de Sharón, ocupaba el oeste de Beirut en el momento en que ocurrieron los hechos y controlaba todas las entradas y salidas del campo, por lo que la comisión dictaminó que el entonces titular de Defensa fue responsable indirecto de la matanza.
El Gobierno de Begin adoptó finalmente las recomendaciones del Informe Kahan, incluida la de destituir a Sharón, que quedó impedido de desempeñar nuevamente la cartera de Defensa.
Durante dos décadas Sharón quedó en el ostracismo político hasta que regresó al primer plano de la vida pública al frente del Likud y en febrero de 2001 accedió a la jefatura del Gobierno.
Desde que sufrió un derrame cerebral en enero de 2006, Sharón, que tiene ahora 84 años, se encuentra en estado de coma.
La masacre de Sabra y Chatila mereció la calificación de acto de genocidio por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas.
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