«Israel debe prepararse para un nuevo tipo de guerra caracterizado por lanzamientos de misiles contra lugares poblados», afirmó el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, tras finalizar un ejercicio nacional de tres días para preparar al país de cara a futuros ataques.

«Nos encontramos profundamente inmersos en una era de los misiles dirigidos contra centros de población», señaló, al tiempo que describió a Israel como «el país más amenazado del mundo».

«A nuestro alrededor hay decenas de miles de misiles que pueden estallar en el interior de nuestro país», destacó el jefe de gobierno. «La mejor defensa es que la gente se prepare mentalmente. El pueblo debe cooperar unido para posibilitar que su Ejército golpee al enemigo que nos quiere destruir», añadió.

Ministros del Gobierno hebreo ya dijeron que Israel no permaneceará de brazos cruzados mirando cómo se produce el suministro de misiles de defensa antiaérea rusos S-300 a Siria.

«Sabemos lo que hay que hacer si esos misiles llegan a Siria», indicó hace unos días el ministro de Defensa, Moshé Yaalón, en una entrevista al Canal 10.

«Israel no quiere provocar una escalada” militar con Siria, pero no permitirá la entrega de armas estratégicas, especialmente a la organización terrorista libanesa Hezbolá», afirmó el ministro de Agua y Energía, Silvan Shalom.

«No hay necesidad de provocar una escalada, no hay motivo para recalentar el frente con Siria, este no es nuestro objetivo», declaró Shalom a la radio pública.

Preguntado sobre el suministro de sistemas de defensa antiaérea del tipo S-300 a Siria, Shalom se mostró tranquilizador. «Desde hace años Siria dispone de armas estratégicas. El problema se plantearía si estas armas fueran susceptibles de caer en otras manos y ser utilizadas contra nosotros. En este caso, tendríamos que actuar», añadió.

Netanyahu llamó a los miembros de su gabinete a dejar de comentar públicamente acerca de los suministros de misiles rusos a Siria, informó la televisión israelí Canal 2.

La cadena atribuye la decisión a las declaraciones de los ministros Yaalón, Shalom y el titular de Relaciones Internacionales y Asuntos Estratégicos, Yuval Steinitz, quien refutó públicamente el argumento ruso de que se trata de misiles exclusivamente defensivos.

«El alcance de los sistemas S-300 roza los 300 kilómetros, lo que hace posible atacar aviones muy dentro del territorio israelí. No es un arma defensiva, sino ofensiva, y nos amenaza», aseveró Steinitz.

Analistas de medios locales e internacionales interpretaron estas declaraciones como una amenaza de recurrir a la fuerza para frustrar los suministros.

La posible entrega de los S-300, considerado uno de los mejores sistemas antiaéreos, sigue siendo el foco de atención de los políticos y militares israelíes, que temen no sólo que el Ejército sirio salga fortalecido, sino también que los misiles caigan en manos de terroristas islámicos.

Durante su reciente visita a Rusia, Netanyahu planteó ante el presidente Vladímir Putin la anulación del contrato con Siria, pero parece que no logró que Moscú reconsiderara su postura.

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