El ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, afirmó ante la Comisión parlamentaria de Exteriores y Seguridad - presidida por el ex canciller Avigdor Liberman - que Siria se está convirtiendo en un campo de batalla en el que fuerzas chiítas, como la organización terrorista libanesa Hezbolá, y sunitas «se están masacrando unas a otras».
Yaalón informó además que los rebeldes controlan cuatro sectores claves de Damasco y que Hezbolá está llevando fuerzas de élite al país árabe.
El ministro reiteró que Israel no tiene intención de intervenir en Siria en tanto sus intereses de seguridad no se vean amenazados, y estimó que los sistemas de misiles antiaéreos rusos S-300 no llegarán al régimen de Al Assad hasta 2014.
«Mientras nuestros intereses no se vean perjudicados, como implicaría la transferencia de armamento avanzado, misiles, o armas químicas a Hezbolá o una escalada de tensión, la política de Israel es la de no intervenir en Siria», declaró Yaalón, según informó el diario israelí «Haaretz».
El titular de Defensa precisó que Al Assad aún controla el 40% del territorio del país, mientras que los rebeldes tomaron al menos cuatro barrios de Damasco.
Yaalón añadió que Israel provee ayuda humanitaria a lo largo de la frontera con Siria y trata a víctimas de la contienda.
«Estamos manteniendo la discreción al respecto», señaló, al tiempo que destacó que «Israel no tiene intención de construir campos de refugiados».
El Gobierno sirio y fuentes occidentales responsabilizan a Israel de dos bombardeos a principios de mayo, y otro en enero, contra objetivos militares en territorio sirio.
Según medios internacionales, los blancos atacados transportaban armas modernas que iban a ser suministradas por Siria a Hezbolá.
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