Sin referisrse directamente a los recientes acontecimientos políticos en Egipto, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, aprovechó la reunión semanal de su Gobierno para mencionar los logros de valla fronteriza de 230 kilómetros construida entre ambos países.«Aquí se hizo lo imposible. La construcción duró dos años, la mitad del tiempo programado. Desde que la valla existe ningún infiltrado ilegal llegó a las poblaciones de Israel. Pero además la valla nos protége de atentados terroristas que podrían planearse en el Sinaí ante la inestabilidad actual en la zona», afirmó Netanyahu.
«Creo que este éxito nos indica que debemos completarlo en otras fronteras», añadió, aludiendo los trabajos en la línea divisoria con Siria y los que se planean en el futuro con Jordania.
El Gobierno hebreo decidió levantar esa valla de cinco metros de altura y todo tipo de sensores electrónicos para evitar el flujo de miles de inmigrantes africanos llegados desde la frontera egipcia.
La construcción, valorada en unos 420 millones de dólares, fue acelerada también a medida que se sucedían los acontecimientos en Egipto. La llegada al poder de los Hermanos Musulmanes y sobre todo la anarquía en la península del Sinaí - aprovechada por grupos yihadistas - determinaron que Israel no ahorrase en recursos.
Netanyahu insinuó además, nuevamente sin mencionar a Egipto, que «quienes aspiran a vivir en libertad son nuestros aliados naturales».
«Israel espera que haya democracia verdadera en la región, pero eso tomará tiempo», indicó.
Durante la reunión, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), teniente general Benny Gantz, informó que los ejércitos de Israel y Egipto continúan manteniendo la colaboración para garantizar la seguridad en la frontera común que comparten pese a la inestabilidad política en la que está inmerso el país árabe.
«En la mayoría de los casos los egipcios están haciendo un buen trabajo», señaló Gantz, citado por el diario «Haaretz». El jefe de las FDI destacó especialmente las iniciativas para combatir a las células terroristas en la región norte del Sinaí.
«Lo que queremos es que la gente del otro lado de la frontera sean nuestros compañeros. Tanto nosotros como los egipcios estamos interesados en que reine la mayor calma posible en la zona», explicó.
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