El Gobierno de Israel reaccionó con irritación ante la decisión de la Unión Europea (UE) de impedir, a partir de 2014, subvenciones, premios y programas de financiación para entidades israelíes establecidas en los asentamientos judíos en Cisjordania.
«No aceptamos un ultimátum exterior sobre nuestras fronteras», afirmó el primer ministro hebreo, Binyamín Netanyahu, a través de un comunicado de su oficina.
«Como primer ministro de Israel, no puedo permitir el perjuicio de centenares de miles de israelíes que viven en Judea y Samaria, en las alturas del Golán y en Jerusalén, nuestra capital reunificada», agregó el premier.
Tras consultas con los ministros de Justicia,Tzipi Livni, y de Economía y Comercio, Naftali Bennett, así como con el viceministro de Exteriores, Zeev Elkin, Netanyahu confirmó que las fronteras definitivas de Israel serán definidas sólo a través de tratativas directas entre las partes interesadas.
«Esperaba de quienes realmente se preocupan por la paz y la estabilidad de la región que se dediquen a examinar esta cuestión sólo luego de haber resuelto problemas más urgentes, como la guerra civil en Siria o la carrera armamentística de Irán», añadió Netanyahu.
Livni, por su parte, en una entrevista con el Canal 1 israelí, dijo no mostrarse sorprendida por la resolución de la UE.
«Quienes deberían sorprenderse son aquellos que niegan una solución al conflicto con los palestinos basada en dos Estados, hablan de anexionar territorios y piensan que la comunidad internacional aceptará todas sus propuestas», señaló.
La Unión Europea adoptó directrices para evitar que empresas israelíes en Cisjordania - sobre todo en asentamientos judía que la UE considera ilegales - reciban subvenciones, premios o financiación.
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