Antes de la reunión semanal del Gobierno israelí, varios ministros criticaron el espionaje llevado a cabo por Estados Unidos a los primeros ministros hebreos, Ehud Olmert y Binyamín Netanyahu, así como al ex titular de Defensa, Ehud Barak.
Algunos ministros exigieron la puesta en libertad inmediata del espía israelí Jonathan Pollard. Netanyahu afirmó que «Israel no necesita una ocasión especial para discutir su liberación».
«No necesitamos una ocasión especial para discutir la liberación de Jonathan Pollard; lo estoy haciendo con todos los presidentes de Estados Unidos todo el tiempo. Esperamos crear las circunstancias que permitan que Pollard llegue a casa. Eso no tiene relación con los últimos acontecimientos, aunque consideramos esos desarrollos», agregó.
Por su parte. el ministro de Asuntos Estratégicos, Yuval Steinitz, dijo en referencia a los informes acerca de los funcionarios israelíes espiados: «Nosotros no espiamos al presidente de Estados Unidos, a la Casa Blanca o al secretario de Defensa. Nuestra conclusión es que no sólo países enemigos tratan de espiarnos, sino también países amigos».
Steinitz añadió que el espionaje a funcionarios israelíes por parte de Estados Unidos «con quien tenemos una alianza de inteligencia, es inaceptable».
El ministro de Turismo, Uzi Landau, exigió de Estados Unidos la inmediata liberación de Pollard, encarcelado en 1987 y condenado a cadena perpetua.
«Creo que entre países aliados debemos actuar de modo diferente. Si alguna vez hubo un momento determinante que justifique la liberación de Pollard, este es el momento», aseguró.
El titular de Transportes, Israel Katz, aseveró que «Pollard fue detenido por mucho menos», haciendo referencia a las últimas revelaciones del espionaje norteamericano a las altas autoridades israelíes.
A su vez, el ministro de Finanzas, Yair Lapid, bromeó al entrar en la reunión del Gabinete. «Si me escuchan, probablemente morirán de aburrimiento», destacó.
Tras la información de este fin de semana revelada por «The New York Times», «The Guardian» y «Der Spiegel» acerca de la la filtración del ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Edward Snowden, de que Estados Unidos espió a Olmert, Netanyahu y Barak, el diario «Yediot Aharonot» informó que Israel sabía que un marine estadounidense alquiló un departamento en la misma calle en la que residía el ex ministro de Defensa.
Según el periódico, la administración estadounidense alquiló el piso frente al departamento de Barak, ubicado en las Torres Akirov de Tel Aviv, en junio de 2007, poco después de que el ex primer ministro fuera designado responsable de Defensa.
Conforme al medio, Washington insistió en que no hay relación entre el nombramiento de Barak y el alquiler del departamento como residencia de un oficial que trabajaba para el Departamento de Seguridad de la embajada norteamericana en Tel Aviv.
La inteligencia israelí sospechó que pudieron desarrollarse actividades de espionaje en el inmueble debido a la gran cantidad de equipamiento electrónico que se introdujo en el piso.
Documentos clasificados filtrados por Snowden parecen confirmar las sospechas israelíes de que la NSA y el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido interceptaron correos electrónicos del anterior Ejecutivo israelí entre 2008 y 2009, cuando Olmert era primer ministro y Barak titular de Defensa.
Las informaciones apuntaban a que cuentas de correo electrónico de las oficinas de ambos responsables fueron espiadas.
Barak declinó referirse al caso, aunque medios electrónicos locales consignaron que nunca descartó la posibilidad de ser objeto de seguimiento desde que en 1983 fuera nombrado jefe del Departamento de Inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel.
A su vez, la oficina de Olmert indicó que si las informaciones publicadas son ciertas, la dirección de correo electrónico en cuestión supervisada era una cuenta pública de la oficina del primer ministro y subrayó que «las opciones de que se producjo algún daño son escasas o nulas».
Fuentes familiarizadas con el estamento de Defensa estiman, sin embargo, que las recientes revelaciones podrían tratarse de la punta del iceberg, y no descartan la existencia de situaciones más delicadas objeto del espionaje estadounidense.
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