El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, se convertiría con toda probabilidad en jefe de Gobierno por cuarta vez si las elecciones generales se celebran hoy en Israel, según la última encuesta publicada por el diario «Haaretz».
A pesar de la disminución en la satisfacción de los ciudadanos con su actuación, en comparación con la encuesta anterior, realizada inmediatamente después de la operación militar «Margen Protector» contra Hamás en Gaza, el verano pasado, se necesitaría «una varita mágica política» para derrotar a Netanyahu, según el sondeo.
La encuesta, efectuada por el instituto Diálogo, dirigido por el profesor Camil Fuchs, de la Universidad de Tel Aviv, muestra que el 38% de los ciudadanos aún está satisfecho con la actuación del primer ministro, frente al 50% que se mostraba contento con él a finales de agosto.
El 35% sigue pensando que Netanyahu es una persona válida para encabezar el Gobierno y el 45% que debería de volver a presentarse a las elecciones. Pero el 47% piensa que tendría que retirarse y dejar paso a otros.
El partido que lidera Netanyahu, el Likud, que es la principal fuerza de la derecha israelí, celebrará elecciones primarias el próximo enero.
El 41% de los encuestados cree que Netanyahu está impulsando el proyecto de ley para que Israel sea el Estado-nación del pueblo judío con el fin de ganar las primarias y para ganar votos de la derecha en los próximos comicios, que parecen estar cada vez más cerca.
La tensión entre Netanyahu y el ministro de Finanzas, Yair Lapid, que lidera el partido Yesh Atid, principal socio de coalición de Netanyahu, se intensificó en los últimos días.
Fuentes cercanas a Netanyahu señalaron que la brecha entre ambos aún se puede cerrar, pero que parece difícil y «el 98% de posibilidades es que haya elecciones anticipadas».
Según las fuentes, a pesar de que Netanyahu decidió posponer la votación en el Parlamento sobre la llamada «Ley de Nacionalidad» de forma indefinida, los comicios anticipados están más cerca que nunca, ya que este punto enfrentó fuertemente a Lapid con Netanyahu.
Se espera que el primer ministro decida, probablemente en estos días, si la coalición se desmorona y convoca elecciones anticipadas.
Netanyahu está esperando a que los tres partidos ultraortodoxos con representación en el Parlameto, a quienes les pidió que apoyaran su candidatura o por lo menos se abstuvieran, le den una respuesta.
Los ultraortodoxos le habrían pedido a cambio entrar en la coalición y ocupar carteras influyentes para sus comunidades.
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