Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Italia y España retirararon temporalmente a sus respectivos embajadores de Siria. La presión diplomática sobre el régimen de Bashar al-Asad aumentó después de que los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) decidieran también retirar a sus representaciones diplomáticas en Damasco debido al aumento de la violencia y al rechazo sirio a la iniciativa árabe para buscar una solución a la crisis.
Los contactos internacionales de Siria se centraron en la reunión que el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, mantuvo con Assad y en la que el Kremlin reclamó la no injerencia de países extranjeros en los asuntos sirios. Por su parte, Marruecos solicitó a Rusia y China que ejerzan más presión sobre el régimen de Damasco para el cese de la represión en el país y abogó por una solución a las revueltas populares sin la intervención militar.
Uno de los abandonos más significativos fue el del CCG, compuesto por Arabia Saudita, Qatar, Omán, Kuwait, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos. «Los miembros del Consejo siguen con enfado y tristeza la escalada de la violencia en Siria, que no tiene compasión ni con niños, ni mujeres ni mayores, en actos terribles que sólo se pueden calificar de masacres masivas contra el pueblo sirio desarmado», comunicó el CCG.
Los miembros del CCG denunciaron que las masacres «no son para defender el país de agresores extranjeros sino por intereses personales, sin tener en cuenta la dignidad del ciudadano sirio ni su libertad», en alusión a las acusaciones de Assad de que detrás de la revuelta hay «grupos terroristas armadas».
El CCG consideró que no queda «ningún resquicio de esperanza para solucionar la crisis» en Siria, por lo que pidió al Consejo de Ministros de la Liga Árabe, que se reúne el próximo domingo, que tome «medidas decisivas» contra el régimen.
La Hoja de Rutas de la Liga Árabe, que estipula el abandono del poder de Assad, fue presentada ante el Consejo de Seguridad de la ONU, pero una resolución de apoyo a la misma y de condena a la represión del régimen de Damasco fue vetada por Rusia y China el pasado sábado.
Según los grupos opositores murieron más de 7.000 personas en las revueltas, 5.000 según el último recuento de la ONU, quien señaló que entre las víctimas hay más de 400 niños.
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