El Gobierno de Estados Unidos expresó su deseo de que Rusia presione al presidente de Siria, Bashar al-Assad, para que detenga la violencia contra los manifestantes, según informó el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner.

«Esperamos que Rusia esté enviando el mensaje más severo posible a Al Assad y su régimen y que esté usando su influencia para que se dé cuenta de que la comunidad internacional habla cada vez más con una sola voz contra lo que está hacienda», dijo Toner.

A principios de febrero, Rusia y China usaron su derecho a veto para bloquear un borrador de resolución de condena contra el Ejecutivo sirio en el que se pedía a Al Assad que dimitiera.

Moscú y Pekín argumentaron que la comunidad internacional pretende interferir en los asuntos internos sirios e insistieron en que los grupos de oposición armados están llevando a cabo ataques en el país, por lo que señalaron que también hicieron responsable a los mismos de los derramamientos de sangre.

Naciones Unidas estima que al menos 5.400 civiles murieron en el país a causa de la represión, mientras que Damasco apuntó que más de 2.000 miembros de las fuerzas de seguridad y del Ejército cayeron a manos de grupos terroristas apoyados desde el exterior.

En ese sentido, el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, afirmó que la rama iraquí de Al Qaeda podría haberse infiltrado en las filas de la oposición siria y es probablemente la responsable de atentados suicidas en el país.

Clapper subrayó en declaraciones ante el comité de Servicios Armados del Senado que los ataques con bomba en Damasco y Alepo desde el mes de diciembre tienen todas características de ser ataques de Al Qaeda. «También creemos que Al Qaeda en Irak está extendiendo su alcance a Siria», agregó.

Por último, los presidentes de Rusia e Irán, Dimitri Medvedev y Mahmud Ahmadinejad, respectivamente, mantuvieron una conversación telefónica en la que se mostraron de acuerdo con que la solución a la crisis siria debe llegar exclusivamente por medios pacíficos y no a través de una intervención militar.

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