El enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, finalizó su misión sin lograr un acuerdo, pero dijo sentirse «optimista», pese a que las tropas del régimen sirio estrecharon el cerco a Idleb con bombardeos sobre la ciudad rebelde.
Tras reunirse por segunda vez con el presidente sirio, Bashar al-Assad, Annan abandonó Damasco con esperanzas de que se van a dar avances para resolver la crisis.
«Va a ser duro y difícil, pero debemos tener esperanza», dijo Annan, quien aseguró que es optimista por varias razones. El delegado explicó que presentó a Al Assad propuestas concretas «que tendrán un impacto real sobre el terreno y ayudarán a poner en marcha el proceso para salir de la crisis».
La presencia del mediador internacional no evitó, sin embargo, que persista la violencia en el país, donde según los grupos opositores murió ayer una treintena de personas en Idleb, cerca de Turquía.
El pasado sábado Annan también se entrevistó con el mandatario sirio. Durante el encuentro realizó una serie de propuestas para, entre otros, acabar con la violencia en el país, permitir la entrada de ayuda humanitaria, liberar prisioneros y dialogar con la oposición.
El emisario de la ONU también hizo partícipe a Assad de su preocupación sobre la situación siria y le presionó para tomar medidas concretas que puedan poner fin al conflicto.
En este sentido, el alto cargo sirio reconoció tener la intención de realizar un esfuerzo siempre que los rebeldes cesen el caos en el que está sumido el país.
Sin embargo, la visita de Annan coincidió con otra jornada sangrienta en Siria. Al menos 34 personas murieron - entre ellas 15 civiles - en enfrentamientos registrados entre rebeldes y fuerzas armadas en las provincias de Idleb y Damasco, según denunció el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, se mostró pesimista sobre la posibilidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución condenatoria sobre la crisis siria, ante la oposición de Rusia y China, que tienen derecho de veto.
De hecho, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, reiteró el rechazo de Rusia al empleo de la fuerza contra Siria en un mensaje al rey de Marruecos, Mohamed VI.
«Estamos en contra de cualquier injerencia externa, más aún militar, en los asuntos internos de Siria, independientemente de los pretextos bajo los que se lleve a cabo», recalcó Medvédev.
«Seguimos exhortando al cese de la violencia a todas las partes involucradas en el conflicto. Partimos de que la salida pacífica de la crisis creada y de la necesidad de iniciar un amplio diálogo nacional sin condiciones previas no tienen alternative», añadió.
Rusia ya impuso en dos ocasiones su veto a la adopción de una resolución condenatoria de la violencia ejercida por el régimen de Bashar al-Assad contra su pueblo.
Moscú apuesta por un texto que condene la violencia de todas las partes en conflicto en Siria, algo que no admiten otros miembros del Consejo de Seguridad.Notas relacionadas:
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