El enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, advirtió de una posible escalada del conflicto sirio al resto de Oriente Medio e instó a los países del Consejo de Seguridad a unirse para presionar al presidente Bashar al-Assad.
Annan hizo su advertencia ante el Consejo de Seguridad horas después de que Turquía aconsejara a sus ciudadanos salir de Siria, donde miles de personas participaron en nuevas protestas contra el Gobierno en que habrían muerto al menos 15 personas.
«Todos los países cercanos a Siria están preocupados por las secuelas de la revuelta», expresó Annan tras informar, a puerta cerrada, al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la crisis por videoconferencia desde Ginebra.
«Tendemos a centrarnos en Siria, pero cualquier error de cálculo que lleve a una escalada mayor tendrá un impacto en la región que será extremadamente difícil de manejar», afirmó.
«Cuanto más fuerte y unificado sea el mensaje del Consejo, más oportunidad habrá de cambiar la dinámica del conflicto», declaró el ex secretario general de la ONU, y agregó que sigue discutiendo a pesar de todo y que enviará a varios representantes a Damasco la próxima semana para hablar de un eventual grupo mediador.
Por su parte, el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, manifestó en Nueva York que el equipo de Annan llegará el domingo a Damasco.
«Siria espera un equipo técnico de los servicios de Annan que debe llegar a Damasco para discutir problemas relativos al cumplimiento de su misión», dijo Jaafari ante el Consejo de la ONU.
Al término de la oración de ayer al mediodía, se registraron manifestaciones a pesar de la presencia del Ejército, en especial en las regiones sirias de Homs, Alepo y Deraa, cuna de las protestas en el sur.
«El pueblo quiere una intervención militar, que se arme al Ejército Sirio Libre (ESL) y la caída del régimen», gritaron varios miles de manifestantes en Alepo, ciudad que por mucho tiempo se vio poco afectada por las protestas contra el gobierno.
La revuelta, que comenzó hace un año, cobró un giro y se militarizó. La oposición, así como algunas monarquías del Golfo, piden que se arme a los desertores reagrupados en el ESL, mientras algunos reclaman una intervención militar extranjera. Por el contrario, el régimen, que celebra el apoyo del pueblo en la lucha contra «las bandas terroristas», a las que atribuye la violencia, movilizó a decenas de miles de manifestantes en respaldo al presidente.
Annan se reunió el fin de semana pasado con Al Assad en una misión centrada en la necesidad de un cese inmediato de la violencia y los asesinatos, de un acceso de las organizaciones humanitarias y de un diálogo político en el país.
El exjefe de la ONU afirmó que su propuesta de seis puntos clave para Al Assad permanecía sobre la mesa, pero que tampoco se hacía ilusiones sobre su misión en momentos en que las revueltas entran en su segundo año.Notas relacionadas:
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