El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Liberman, criticó las manifestaciones de alegría por parte de miembros del Gobierno cuando comenzaron las deportaciones de sursudaneses debido a que la comunidad internacional denunció la actitud jubilosa ante las expulsiones.
El canciller reprobó las palabras del ministro de Interior, Eli Yishai, que aseguró que su partido, Shas, pretende deportar a los 60.000 inmigrantes africanos que se encuentran en Israel, incluso si el Ejecutivo es incapaz de ello, según el diario local «Yediot Aharonot».
«Oí a alguien que hablaba del interés nacional de Israel. Hay muchos que sacrifican el interés nacional por el interés momentáneo de su partido», indicó Liberman, quien además señaló que no recordaba unas críticas tan duras contra el país «por parte de los amigos de Israel, incluido Estados Unidos».
Asociaciones norteamericanas y europeas e incluso organizaciones israelíes de derechos humanos solicitaron que se respeten los derechos de los inmigrantes ilegales a la hora de expulsarles del país.
Por su parte, el Gobierno israelí anunció que deportará a inmigrantes de Costa de Marfil que hayan entrado de forma ilegal. El anuncio se produjo un día después de que Israel iniciase los vuelos para deportar a cientos de sursudaneses, que, a diferencia de los sudaneses o eritreos - a los que se les otorga más fácilmente el status de refugiado político ya que su país sufre un conflicto interno - no vieron reconocidas su condiciones de solicitantes de asilo.
Tras un encuentro en Jerusalén con el presidente marfileño, Alassane Ouattara, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, aseguró que el dirigente africano expresó «su acuerdo con que Israel repatrie a los ciudadanos de Costa de Marfil que llegaron al país sin permisos».
Ambos dirigentes debatieron sobre la cooperación bilateral en sanidad, agricultura y desarrollo tecnológico, según un comunicado emitido por la oficina de Netanyahu.
El ministerio de Interior israelí informó que hay unos 2.000 marfileños residiendo ilegalmente en el país. La portavoz del ministerio, Sabine Haddad, informó que las fuerzas de seguridad empezaron a detener a unos 1.600 marfileños que serán deportados, aunque no dio ninguna fecha al respecto.
Notas relacionadas:
Inmigrantes ilegales sursudaneses abandonan Israel
Yishai: «La mayoría de los refugiados africanos son criminales»
Un canciller en el desierto