Un proyecto de ley que autoriza a médicos a prescribir medicamentos que pongan fin a la vida de un paciente sin que tenga repercusiones legales fue aprobado por mayoría en la Comisión Legislativa Ministerial del Gobierno israelí.
La propuesta establece que cualquier paciente al que le queden menos de seis meses de vida pueda acudir a su médico y solicitar un fármaco que, por sobredosis, le cause la muerte.
A pesar de su rápida aprobación en la Comisión, podría ser difícil su aceptación en Parlamento debido a la oposición de la derecha y los partidos ultraortodoxos.
La iniciativa es una propuesta del diputado Ofer Shelah, del partido centrista Yesh Atid que lidera el ministro de Finanzas, Yair Lapid.
Shelah explicó que un paciente que es considerado «terminal» de acuerdo a la ley del Comité Público liderado por el profesor Avraham Steinberg, podría recibir la prescripción de un medicamento que le podría matar de forma indolora.
«Le daríamos el control sobre su vida sin que el doctor tema ninguna consecuencia legal por la muerte del paciente», agregó Shelah, y recalcó que el medicamento «deberá ser prescrito en una etapa en la que el dolor y el sufrimiento sean insoportables».
«Este es un problema con el que la sociedad debe enfrentarse. Se incrementó la necesidad de proponer este proyecto de ley así como creció la expectativa de vida y se avanzó en la tecnología que mantiene con vida a los pacientes. Esta ley pondrá a Israel a la cabeza de los países liberales», añadió.
Hasta ahora, en Israel existía la eutanasia pasiva, es decir, la suspensión de tratamiento médico para pacientes terminales que hicieran una petición formal estando aún en plenas facultades.
Por su parte, el neurólogo Avinoam Reches, del Hospital Universitario Hadassah en Jersusalén, que trató a muchos pacientes terminales de enfermedades e incapacidades severas, afirmó que personalmente apoya el proyecto de ley.
«Permitiría que muchos israelíes que tuvieron que viajar al extranjero para terminar sus vidas, se queden en Israel con sus familiares», dijo.
«El comité ético es neutral con respecto al proyecto porque en estas cuestiones de importancia, tiene que haber un consenso para que podamos manifestar nuestra posición», aclaró Reches, que también es director de la Asociación Médico-Ética de Israel.
«Es una cuestión de la esfera política. Nadie estará forzado a hacerlo. Si alguien religioso no quiere tomar los medicamentos, estará bien, pero no tiene el derecho de mandar sobre los demás», respondió Reches cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que se apruebe el proyecto y recordó que una ley similar existe en el estado de Oregón en Estados Unidos desde 1998 y que sólo se prescribieron entre 100 y 120 medicamentos letales.
La aprobación del proyecto generó la indignación de los ministros del partido de ultranacionalista religios Habait Haiehudí, que liderados por el ministro de Economía, Naftali Bennett, aseguraron que presentarán un apelación. La misma dejará en manos del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, la decisión de si el proyecto llega o no al Parlamento.
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