Antes de redactar su carta de renuncia al Gobierno, el ministro de Interior israelí, Gideón Saar, firmó una orden por la que se reconoce a una parte de los árabes cristianos del Estado hebreo como comunidad aramea, una nacionalidad separada del resto dentro del registro de la población israelí.
Hasta el momento, los ahora inscritos bajo el epígrafe de arameos constaban como árabes.
La decisión alude sólo a unas 200 familias árabes cristianas del país que formaban parte de la comunidad árabe-israelí, a pesar de que muchos de los que la integran se definen como palestinos.
Saar basó su decisión en tres opiniones profesionales que concluyeron que la nacionalidad aramea reunía las condiciones que se exigen para que se le otorgue reconocimiento oficial: herencia histórica, cultura, religión, origen y lengua común. Lo cierto es que la mayoría de familias de esta comunidad hablan árabe, no arameo.
La decisión del ministro provocó duras críticas en sectores de la comunidad árabe-israelí y podría ahondar el debate en el seno del Parlamento.
El diputado árabe Ahmed Tibi afirmó que la decisión es un «intento arrogante del divide y vencerás sobre la minoría árabe en Israel».
«Los cristianos son una auténtica parte de la minoría nacional árabe palestina en Israel y ninguna decisión política de la extrema derecha cambiará este hecho», señaló.
En cambio, el diputado Yariv Levín, del Likud - partido del primer ministro Binyamín Netanyahu - y uno de los principales promotores del reconocimiento de la minoría aramea, indicó que existen muchos grupos en Israel que luchan por su reconocimiento y que la conquista musulmana de la región hace cientos de años «no los convierte en árabes».
Entre los cristianos que reclamaban que los reconocieran como una comunidad separada de los árabes, se encuentra un pequeño grupo que está a favor de que los miembros de su comunidad sirvan en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
De hecho, muchos cristianos ya cumplieron su servicio en las FDI y promueven activamente la identidad y culturas arameas, que dicen, no deben incluirse en la minoría árabe-israelí.
Gabriel Nadaf, sacerdote greco-ortodoxo de Galilea, reivindicó el pasado abril que se reconociera la nueva identidad para los cristianos de origen palestino que viven en Israel, e instó a los jóvenes de su comunidad a alistarse en las FDI.
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