Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anularon el castigo que impusieron a un soldado por comer un sandwich de carne de cerdo y en una inusual declaración reconocieron que se equivocaron.
«En resumen: nos equivocamos», reconoció en los medios el portavoz de las FDI, el general de brigada Moti Almoz, tras el escándalo que estalló alrededor del caso.
El soldado, un emigrante judío de Estados Unidos, se llevó varios sandwiches a un entrenamiento y se los ofreció a sus compañeros, sin conocer las reglas de alimentación kosher dentro de las FDI.
En el judaísmo existen numerosas reglas de alimentación, entre ellas las de no comer a la vez carne con leche o la prohibición de muchos animales.
En el caso del soldado se trataba de fiambre de carne de cerdo un animal impuro cuyo consumo está prohibido en establecimientos e instituciones bajo supervisión rabínica, aunque en todos ellos está permitido el consumo privado.
Algunos de sus compañeros religiosos, llevaron el caso a oídos del comandante del batallón. Éste sin siquiera dudar, condenó al soldado a once días de confinamiento y lo expulsó (!) del curso de suboficiales en el que participaba, medidas que ahora fueron anuladas por las presión de la opinión pública y los medios de comunicación.
«En las FDI seguiremos respetando las leyes de la alimentación kosher, pero por otro lado no vamos a hurgarle en el sandwich a ningún soldado», agregó Almoz, y destacó que «en las FDI hay sitio para todos a pesar de las diferencias en la sociedad israelí».
Según el soldado, los sanwichs se los preparó su abuela, con la que vive en un kibutz.
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